TERQUEDAD POLÍTICA ENFERMIZA

Decía Maquiavelo que la apariencia de virtud era necesaria en el príncipe. Más aún en la era democrática en la que la cercanía a los electores, la identificación humana con el candidato está en el origen de la decisión de otorgarle nuestra confianza en forma de voto. Esta es, por cierto, la gran ventaja del sistema electoral democrático que los señores del PLR evidentemente pretenden ignorar, pero bien que la conocen, porque cuando acuden a una elección y reciben el rechazo del gran pueblo, que es la inmensa mayoria, ponen ojos de bizco para ver los resultados al revés. Acaban de recibir una tunda electoral del gran pueblo hondureño y saben perfectamente que fueron vapuleados por los partidos democráticos, pero se hacen los que no sintieron la «cuereada electoral» que les dejó bien marcadas las nalgas.

La candidata socialista Rixi Moncada quedo en estado «groggy», materialmente noqueada, y el usurpador presidente del Congreso, Luis Redondo, resulto tan derrotado que no sabe que bombo tocar luego que los electores sampedranos además de repudiarlo de la forma más virulentamente ofensiva en el local donde votaba le manifestaron su total malquerencia no votando por él. Ahora, Luis Redondo ha querido sombrerear reuniendo a la pseudo Comisión Permanente, que vale menos que un billete de Lempira, amenazando con una tesis tan estúpida como el mismo, que, si no hay quorum de tres en el pleno del CNE, no habrá declaratoria de elección. Semejante imbecilidad solo cabe en su cabeza retonta. Le pasa por ignorancia, o por ser tan enano, que el Congreso Nacional permanece autoconvocado y que, en cualquier momento, teniendo la mayoria calificada puede reiniciar sesiones para aprobar el resultado que dé a conocer el CNE, una vez que haya concluido el conteo final y emita su declaración electoral.

Redondo y su pseudo Comisión Permanente están fritos, Redondo por su condición de usurpador, al nombrar la susodicha Comisión creo un parto de los montes, una criatura desnaturalizada, sin esencia legal, porque todo lo que partió de la directiva usurpadora, en la práctica jurídica resulto un verdadero feto, cuya hediondez habrá que corregir una vez que el Congreso Nacional recupere en enero de 2026 el Estado de Derecho. Por el empacho de soberbia que ha caracterizado al diputado Luis Redondo le espera un largo recorrido en los tribunales que solo terminará cuando se le dicte sentencia con años de prisión por haber usurpado la presidencia del Congreso Nacional por cuatro años.

El contundente resultado en las urnas el pasado 30 de noviembre ya fue aceptado por el coordinador general del PLR, Mel Zelaya, y por otros dirigentes del PLR. Luis Redondo no es nadie en este partido para plantarse como un figurón ilegal, queriendo desconocer una victoria aplastante en la que los electores sampedranos le demostraron su desprecio no votando por su candidatura. Un retonto como él, que fue un monigote usado para desempeñar el triste papel de usurpador para cumplir fines partidarios, no tiene ninguna autoridad legal para querer suplantar la ley primaria del país. Siendo un usurpador de la presidencia del Congreso, a Luis Redondo nunca se le ha reconocido como una autoridad nacional, una cosa es que él se crea presidente del Congreso, otra cosa es que lo sea y allí está el detalle como decía Cantinflas. Luis Redondo, desde el primer día que fungió en la presidencia usurpada del Congreso Nacional, fue un engendro, un parto mal concebido por Mel Zelaya y Xiomara Castro, elevado a fuerza de patadas y empellones a la mesa directiva del parlamento por Rasel Tomé, quien deberá asumir ante la ley esa fechoría antidemocrática.

Pero volvamos a los hechos y a sus interpretaciones. En el Congreso Nacional no ha habido una directiva legalmente electa por el pleno de diputados, lo que ha habido es una suplantación, un abuso de gran connotación, puesto que aquel día de enero del 2022, el pleno eligió formalmente al diputado Jorge Cálix como presidente y a varios diputados para presidir la junta directiva del Congreso. En forma relampagueante una turba encabezada por el diputado Rasel Tomé, secundado por un grupúsculo de radicales, subieron al escenario de la mesa principal, y a patadas y empellones desalojaron al diputado Cálix y demás directivos y se apoderaron desde ese momento de la conducción del Congreso. Eso paso hace casi cuatro años, pero la ilegalidad y la vergüenza no han sido borradas por el tiempo. Están aquí, imborrables, y están en el senado de los EEUU. 

Luis Redondo asaltó el Congreso Nacional para robarse y usurpar la presidencia del parlamento por cuatro años, ahora tiene pretensiones de humo, usando una pseudo Comisión Permanente quiere desconocer la voluntad de casi tres millones de hondureños que votaron porque se fuera el PLR y sus engendros como Luis Redondo. ¡Luis Redondo no se librará de varios años de cárcel por usurpador de un cargo importante y por querer robarse la voluntad electoral de tres millones de hondureños!

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 11 de diciembre de 2025.