
Quien dude del poder del voto y de las urnas para quitar y poner gobernantes, es un desquiciado mental. El PLR creyó que se podía burlar del pueblo hondureño con su remedo de «pueblo» que lo acompaña, pero el pueblo-pueblo, el verdadero pueblo hondureño, no el remedo de pueblo que son grupos de personas debidamente remuneradas dio su veredicto mayoritario el domingo. No es que los partidos tradicionales revivieron, porque hablar de bipartidismo es una estupidez, el mérito de arrollar al PLR es de los electores hondureños, entre los que pueden haber liberales y nacionalistas; el domingo no era cosa de colorados y cachurecos contra LIBRE, fue un enfrentamiento entre los hondureños que queremos seguir viviendo bajo el modelo de convivencia democrática y un grupúsculo de personas radicales, sectarias hasta el calcetín, que nos quieren imponer un modelo fracasado de vida como el cubano. Cuando Rixi Moncada grito que quería para los hondureños un modelo de vida como el de Cuba, nos tocó el orgullo catracho, y en ese momento surgió una rebelión a la hondureña. Seguro que el gobierno de Xiomara Castro no fue un remedo de gobierno, fue algo peor que eso, fue un «desgobierno» porque los cuatro años se los pasó mintiéndonos con la tal CICIH, un objetivo que para Xiomara Castro era algo indeseable, porque instalar la CICIH para LIBRE era ponerse la soga al cuello, por tantos desmanes de su administración, entre los cuales el manoseo de dinero público se convirtió en una práctica deportivamente corrupta.
Los electores sancionamos juiciosamente el mal gobierno del PLR, presumir que el de Xiomara fue un gran gobierno por parte de Mel Zelaya, es un desmadre mental que solo puede caber en la mente de un enajenado que mantiene la lealtad con su mujer. Los electores no estamos para contemplaciones, el Gobierno de Xiomara Castro deja muy mal a Honduras en todo sentido, al próximo gobierno le queda la enorme responsabilidad de reparar los entuertos de este gobierno, que se dio el lujo de despreciar una tanda de doce misiones de cooperación de EEUU que vinieron a Tegucigalpa y se regresaron decepcionados, despedidos con el «good bye, see you later» (adiós, nos veremos después). Incluso, EEUU envió al zar de la energía eléctrica de EEUU, José Fernández, para solventar de una vez por todas la crisis de la ENEE y de la forma más disparatada, desde Casa Presidencial, Xiomara Castro lo mando a volar de regreso.
Hay varias formas de robarle a un país, no solo es por la vía del saqueo de dineros públicos, también es un robo desperdiciar las opciones magnificas de cooperación de EEUU como las que rechazo el Gobierno de Xiomara Castro, que si las cuantificamos para deducir responsabilidades, faltarían años en el calendario del siglo XXI para que los irresponsables del gobierno paguen en la cárcel la desidia premeditada de rechazar una excelente tanda de cooperación que nunca antes EEUU le había traído hasta Tegucigalpa en bandeja de plata a otro gobierno hondureño. Es decir, el PLR «desgobernó» para hundir más a Honduras. Con semejante despropósito, Mel Zelaya y su cuadrilla de locos, estaban desjuiciados de remate si pensaban que los hondureños conscientes podían respaldarlos con el voto.
Es obvio que Mel Zelaya confiaba fielmente que Marlon Ochoa y sus pequeños enanos podían montar un poderoso esquema de fraude para vencer a los electores, pero no tomo en cuenta que lo que cultivo en los hondureños fue una furia anti PLR que se empezó a sentir desde hace un par de años a través de los «memes», en los cuales el PLR y toda su constelación de orates, fueron materialmente descuartizados de una forma ingeniosa o vulgar, hirientes hasta la medula. Nunca habíamos visto ni oído una expresión repelente de un compatriota que desde el interior de su vehículo les grito a los seguidores de Rixi en el cierre de campaña: «tales por cuales de LIBRE, hijos de cien mil p… se pueden hartar 7 planetas llenos de caca». Recetar como reproche politico tal cantidad de excremento es algo inédito. En mi experiencia como escritor-editorialista desde 1977, nunca imagine que se podía juntar tal cantidad de heces fecales para lanzarla como insulto contra un gobierno y un partido gobernante.
Nietzsche, un ateo que una vez proclamo la muerte de Dios, en su tiempo les advirtió a sus compatriotas que era necesario saber elegir a los gobernantes y saber sustituir a los que les habían fallado, so pena de acabar escogiendo a gobernantes poco recomendables como ocurrió cuando los ciudadanos de varios países eligieron el nazismo y el comunismo. En 2021, los hondureños, que evidentemente no conocían la advertencia de Nietzsche, eligieron un gobierno populista, próximo al comunismo, siguiendo la línea de Hugo Chávez, que se creyó un inmortal que gobernaría como el gato de las siete vidas, hasta que un grito condenatorio contra el Estado de Israel, le devolvió el insulto con una enfermedad fulminante que le corto la vida.
A los hondureños nos queda aprender mucho, tanto a los politicos como a los electores. Los políticos deben respetar el poder del voto y el poder de las urnas. Deben esperar que las urnas terminen de hablar para que los politicos puedan celebrar. Pero deben reflexionar: El domingo no fueron los politicos los que vencieron al proyecto de Mel Zelaya y el PLR, fuimos los electores, los que hastiados de tantas mentiras del gobierno del PLR, desatamos nuestra furia en las urnas y cuando depositábamos los tres votos, la idea que llevábamos en la mente era: ¡BASTA YA! ¡VÁYANSE AL CARAJO CON TODO Y SU PUTO FRAUDE!
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 3 de diciembre de 2025.
