
Un reporte de la BBC, elaborado con periodistas y organizaciones de derechos humanos, reveló que el megaoperativo policial en las favelas de Penha y Alemao, con 121 muertos y 2.500 agentes desplegados, fracasó en su objetivo principal: arrestar líderes del Comando Vermelho.
Ninguno de los fallecidos coincidía con los 68 sospechosos buscados por fiscales, y el líder Edgar Alves de Andrade sigue prófugo, según el análisis que comparó listas oficiales.
Residentes anónimos de las favelas afirmaron que la banda mantiene control territorial, con hombres armados patrullando al día siguiente de la redada, mientras el subsecretario de inteligencia policial declaró ante el Senado que el impacto fue “insignificante”.
El presidente Lula da Silva calificó la operación como “desastrosa”, lamentando que “no había orden de matanza y hubo matanza”, pese a cumplir órdenes judiciales de captura. El académico Carlos Schmidt-Padilla consideró el despliegue un fracaso bajo el criterio de neutralizar altos mandos del CV.
