Si la reconocida y valiente venezolana María Corina Machado ha hecho mucho por sus compatriotas, también lo ha hecho por todos los latinoamericanos y ciudadanos del mundo que anhelamos seguir viviendo en libertad y democracia. Una persona como María Corina representa todo para la humanidad que tiene la voluntad de oponerse al autoritarismo, al totalitarismo y a la barbarie política del populismo, del marxismo y del comunismo en general. Cuando en el 2024, Nicolás Maduro y su pacotilla del «Cartel de los Soles»: Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López, se robaron las elecciones que en forma amplia ganó el opositor Edmundo González, María Corina enarboló la bandera de la esperanza, encabezando las multitudes de venezolanos que reclamaban, se enfrentó a las hordas bolivarianas del chavismo sin temor alguno, demostrando tener un coraje patriótico envidiable para restablecer la libertad, la justicia y la paz que habían sido conculcadas, por no decir, robadas, por el chavismo.
En síntesis, María Corina Machado ha permanecido luchando por la dignidad intrínseca de los venezolanos que han estado oprimidos durante 25 años por la bota opresora de un ejército que se corrompió al recibir abundante dinero del narcotráfico que el chavismo ha recibido todo este tiempo para sostener a unas Fuerzas Armadas que ha estado al servicio del «Cartel de Los Soles». Desde joven, María Corina ha demostrado tener un temple de gladiadora, enfrentada primero a Hugo Chávez y luego a Nicolás Maduro. La máxima que María Corina ha dirigido a sus compatriotas venezolanos ha sido: «atrévete a ser libre» con la que ha excitado a sus compatriotas y demás ciudadanos del continente, que, igual que ella, detestamos todo tipo de dictaduras, a no negociar ni mucho menos entregar la dignidad cívica a ningún abanderado del totalitarismo y del populismo.
La independencia y la libertad es un imperativo categórico y no una caridad que se tenga que implorar. María Corina Machado ha estado en esta línea, luchando por la democracia y la libertad que es la ruta hacia la paz. Su trayectoria ha sido de pleno conocimiento en el mundo libre del planeta, a eso se debe que al seleccionar a la personalidad idónea para adjudicar el premio Nobel de la Paz, el consejo adjudicador integrado por el súmmum de la intelectualidad de Noruega, se decidió por la patriota venezolana María Corina Machado.
La selección de los premios Nobel es uno de los procesos más serios en el campo de los reconocimientos en Europa, en las diferentes áreas en las que la fundación Alfred Nobel reconoce la entrega y el esfuerzo en el campo de la investigación, el arte, y los derechos humanos. No es como imaginar que es un trabajo encargado a un club de renacuajos como los que existen en las organizaciones marxistas donde se premia el compromiso con el sectarismo que debe prevalecer sobre la razón y contra la inteligencia. En la entrega de los premios Nobel, prevalece el principio de Sócrates que exige toda la legitimación moral posible para enaltecer el mérito de la persona, descartando todo tipo de dogmatismo que se contrapone al saber que prevalece en una sociedad abierta a la democracia.
El concejo adjudicador del premio Nobel de la Paz penetra aun en los países sumidos en guerras, pero como la idea de la paz esta arraigada en la conciencia de la mayor parte de las personas, como si fuera una diplomacia internacional, el concejo adjudicador encuentra el camino para reconocer quien esté en pos de la paz y quienes están del lado de la guerra. Y siempre el concejo adjudicador del Nobel de la Paz llega en el momento oportuno para reconocer el mérito de la persona que ha sacrificado su vida por materializar la paz en su país. Para los que nunca este momento es bueno, es para los enemigos de la democracia que a la vez son enemigos de la paz. Esto explica por qué Vladimir Putin, Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Mel Zelaya se pronunciaron vomitando barbaridades en contra del concejo adjudicador del Nobel de la Paz, a la vez que minimizando la excelsa figura de María Corina Machado.
Este comportamiento amoral de los líderes enemigos de la democracia tiene una claridad: nuestra época tiene superabundancia de personas que navegan en los mares de la perpetuidad. Putin, Nicolás Maduro y Mel Zelaya son socios en detentar el poder por las buenas o por las malas. Y ven en María Corina Machado a una enemiga peligrosa para sus funestos propósitos, por eso han buscado descalificarla y denigrarla, sin lograrlo, porque las lombrices no tienen capacidad para derrotar a una auténtica heroína ¡campeona de la democracia!
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 14 de octubre de 2025.