
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pronunció este viernes un discurso desafiante en la Asamblea General de la ONU, provocando que decenas de países abandonaran sus asientos en protesta.
Durante 40 minutos, Netanyahu defendió las ofensivas israelíes en Gaza, Líbano, Irán, Siria, Irak y Yemen, negó acusaciones de genocidio y hambruna en la Franja de Gaza, y criticó a los “líderes débiles” de países como Francia, Reino Unido, Australia y Canadá por reconocer el Estado palestino, asegurando que Israel “no permitirá un estado terrorista”. “Israel debe acabar el trabajo en Gaza”, afirmó, refiriéndose a la ofensiva contra Hamás en la ciudad de Gaza, donde, según el Ministerio de Sanidad gazatí, han muerto más de 65,000 personas en dos años.
Netanyahu acusó a los países críticos de ceder ante “medios sesgados” y “turbas antisemitas”, y envió un mensaje a Hamás, exigiendo la liberación de los 48 rehenes restantes, de los cuales 20 estarían vivos, bajo amenaza de persecución. Aunque afirmó que su discurso se transmitiría a Gaza por altavoces y celulares, residentes locales desmintieron haberlo recibido.
El éxodo masivo de delegaciones durante su intervención reflejó las tensiones globales, en un contexto donde Honduras enfrenta desafíos electorales y climáticos, y la reciente designación de Barrio 18 como organización terrorista por EE.UU. resalta la atención internacional sobre conflictos y seguridad.