
El fracaso más rotundo del estado de excepción, manejado por la Secretaría de Seguridad, amerita la suspensión de esta medida que no debe seguir en vigencia en el período electoral, porque, el mismo solo hace despertar la sospecha de que el gobierno puede usarlo como garra de un tigre que devora a cuantos tiene a su alrededor. Es, en tiempo electoral, cuando vuelve al primer plano de actuación el interés del gobierno por hacerse la víctima de un supuesto terrorismo contra personajes politicos que, estando rodeados de una numerosa guardia policial y militar, son totalmente intocables, que ni siquiera un pinche tábano se les puede acercar.
Me refiero a ese falso terrorismo que suelen inventarse gobiernos como el del PLR, que se inventan los argumentos más pueriles para crear situaciones que son más cómicas que peligrosas; para el caso, la captura de cuatro calandracas por hacer comentarios entre amigos, echándole rayos a Mel Zelaya, es un argumento ruidoso que, denunciado por la boca del fiscal de mentiras Johel Zelaya, el único eco que encuentra en la sociedad es el de la burla y la chanza.
El comentario de la vox populi callejera, es que el Gobierno de Mel y Xiomara se están pasando al usarlo para cuantos momentos difíciles debe confrontar, especialmente cuando en EEUU los comités de las dos cámaras políticas, el Congreso y el Senado, han señalado al Gobierno de Xiomara Castro, por sus vinculaciones con el «Cartel de los Soles» que gobierna Venezuela, como una amenaza contra la seguridad nacional de EEUU y la seguridad regional. Sin ponernos de acuerdo, por lo distante que estamos del Congreso y del Senado de EEUU, solo podemos suponer que por los problemas que se ha buscado el gobierno del PLR con las dos grandes cámaras políticas de EEUU, estamos al borde de una serie de acciones de las autoridades estadounidenses contra el Gobierno del PLR.
Quizás a eso se debe que el fiscal Johel Zelaya se invente acciones terroristas contra Mel Zelaya, contra Xiomara Castro y el proceso electoral. Aunque lo primero que tenemos que hacer es fijar que es el terrorismo. De acuerdo a la doctrina jurídica, terrorismo es la dominación por el terror, sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror, cuyos ingredientes son el miedo y la violencia, en especial del grado y tipo que puedan producir la muerte, pues también hay violencia psicológica, muy usada en las películas de Hollywood y en los divorcios modernos, bajo el nombre de crueldad mental.
Pero, el terrorismo del que habla el fiscal Johel Zelaya, donde no hay violencia física brutal, con sangre, heridos, y muertes, donde lo único que hay son conversaciones pajeras de personas adultas que hablan pura jerga, no constituye ni peligro ni amenaza para nadie, especialmente para el expresidente Mel Zelaya, que hoy por hoy es la persona más resguardada y protegida que cualquier otro funcionario importante. El caso es que, capturar la conversación de tres adultos que dan rienda suelta a su cólera contra Mel Zelaya, no es ni siquiera un delito de menor cuantía. Y cuanto más pública es la conversación entre dos o más personas, porque ahora ninguna conversación por teléfono es privada, no hay ningún rasgo de violencia, ni siquiera de violencia casual, porque mencionarle la madre a un funcionario público es un derecho que tiene el ciudadano para poder quitarse la colera por los perjuicios que le provoca el gobierno.
Cuando se captura a cuatro calandracas y se les acusa de complotar como terroristas contra el coordinador del gobierno, Mel Zelaya, efectivamente estamos ante un caso extremo, pero de extrema ridiculez, que quizás constituye un agravante de nerviosismo o perversidad para hacernos creer a los ciudadanos que el fiscal general Johel Zelaya es como el recordado agente de la inolvidable serie «La Pantera Rosa», que al rondar las calles de Londres, creía patrullar la ciudad mientras a sus espaldas, los ladrones asaltaban y se robaban un banco.
Estamos viviendo una de las facetas más absurdas y ridículas del Gobierno de Xiomara Castro, la del falso terrorismo, una etapa inventada por el PLR para ponernos nerviosos a los hondureños, para que ni siquiera movamos un dedo, o tan siquiera nos tiremos un pedo, porque una simple detonación estomacal puede ser usada por el fiscal Johel Zelaya para atribuirles a los pedorros acciones terroristas contra el expresidente Mel Zelaya. Lo cual es grave, porque quien se tire un pedo y este sea percibido por Johel Zelaya o por alguna oreja metiche del gobierno, en vez de avergonzarse podría ser acusado como un complotista contra Mel Zelaya, contra el Gobierno de Xiomara Castro y de paso por arruinar las elecciones.
Aunque todo esto nos lleva a una reflexión política, tanto más seria o más triste, que es el fracaso más rotundo, al saber que tenemos un fiscal general que es bueno para hacer circo, pero nulo para hacer justicia. Porque después de un año de haber circulado el «narcovideo», el fiscal Johel Zelaya ha demostrado que solo sirve para olerle los ventosos al expresidente y a la familia gobernante.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 5 de septiembre de 2025.