
La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, anunció que su gobierno permitirá el acceso de fuerzas estadounidenses a su territorio si Washington lo solicita para defender a Guyana ante una posible agresión de Venezuela por la disputa del Esequibo. “Si el régimen de Maduro ataca o invade territorio guyanés, mi gobierno concederá sin reservas el acceso solicitado por EE. UU.”, afirmó, marcando un giro significativo en la seguridad del Caribe.
Esta postura responde al creciente despliegue militar estadounidense en la región, con destructores como el USS Gravely y el USS Sampson, enfocado en combatir el narcotráfico y reforzar la seguridad frente a las tensiones por la soberanía de la región del Esequibo, rica en recursos naturales.
La decisión de Trinidad y Tobago se suma al respaldo de Guyana, que defiende la vigencia del Laudo Arbitral de 1899 y la Corte Internacional de Justicia como foro para resolver el litigio, mientras Venezuela, que rechaza este mecanismo, intensificó la controversia con un referéndum en 2023 para anexar el Esequibo. El presidente guyanés, Irfaan Ali, subrayó la necesidad de alianzas internacionales para proteger su soberanía y enfrentar redes criminales como el Cartel de los Soles, ligado al régimen chavista.
La escalada de violencia en el Caribe, con una tasa de homicidios del 45.7% en Trinidad y Tobago y aumentos en Surinam y Barbados, ha impulsado la cooperación regional. Mientras, Venezuela acusa a Guyana de ceder a intereses petroleros extranjeros, y la región espera que el diálogo diplomático y la mediación internacional eviten una escalada que desestabilice el Caribe.