
Al parecer, entre los hombres decididos, entre las mil cosas que deben hacer en su itinerario de obligaciones, pasan por alto el deber de rendir el noble tributo de recordación a las grandes mujeres hondureñas que pasaron por la vida dejando una huella profunda como inmarcesible, mujeres fenomenales, que en su momento demostraron tener «testículos femeninos» para enfrentar las crisis de país, cuando las dictaduras no mostraban sus garras sino que las clavaban en los adversarios para hacerlos correr. Una de esas grandes damas hondureñas que no debemos relegar al olvido fue doña Rosario Sagastume de Ferrari, afable pero firme, rigurosa en el sentido de que nada que fuera adverso para Honduras debía pasarse por alto.
Fue bastión para que su esposo Rafael Ferrari pusiera al aire su pequeña estación de radio, conocida como HRN, tan es así que mientras don Rafael hacia la locución, doña Rosario era la radioperadora, que manejaba los controles de la emisora. A los pocos años, cuando HRN era un medio reconocido y su esposo había fallecido, doña Rosario se enfrentó a los esbirros funcionarios de la dictadura que querían someter los noticieros para que estuvieran al servicio del gobierno. Pasaron los años y doña Rosario nunca faltó a sus obligaciones, la conocimos cuando Nahum Valladares y Carlos Riedel me contrataron en SPS para incorporarme al staff deportivo de la emisora en 1967. Llegábamos a nuestro turno a las 9 de la mañana y ya doña Rosario estaba en su pequeño despacho, en la misma oficina, junto al escritorio del recordado Rodolfo Brevé Martínez, en el barrio Las Delicias de Tegucigalpa. Era una dama muy pulcra, de poco hablar, pero sin abandonar la cortesía que caracteriza a la gente educada.
Brevé Martínez, con quien colaborábamos en el «Informativo del Mediodía», me contó que pocas mujeres eran como doña Chayo, como le decía. Más tarde, ya laborando en la competencia, viví de cerca un episodio duro que le tocó enfrentar a doña Rosario, al ser víctima de un vil secuestro, cuando facinerosos llegaron a su residencia y junto a otra pariente fue secuestrada por varias horas. A pesar de su ya avanzada edad, mantuvo la serenidad hasta el momento en que recobró la libertad. Doña Rosario le dijo a su yerno Manuel Villeda Toledo, con quien estuve en contacto en todo momento de su cautiverio, que ella sabía que iba a morir algun día, pero que no sería de miedo. Al ser liberada, Manuel Villeda Toledo afirmó que admiraba a su suegra.
Pensamos que mujeres como doña Rosario deben ser mantenidas en el imaginario nacional como grandes referentes de la vida nacional. Muchos hombres, en solitario, no somos capaces de hacer ni la mitad de las cosas que hacen estas mujeres de mucho carácter y valentía. Hoy tenemos casos de mujeres valientes, un ejemplo de gran valor es la consejera Cossette López del CNE, que en momentos difíciles que se le han presentado ha debido afrontarlos con la entereza del más corajudo de los varones. Traemos a colación la cita de doña Rosario Sagastume para admitir que sin la ayuda femenina, que muchas veces demuestra tener más venas, arterias y venas que los hombres, no podríamos sacar adelante las tareas más importantes del país.
Sin la ayuda de las mujeres valientes, los hombres viviríamos acurrucados, escondidos debajo de la piel, porque hay que admitirlo, las mujeres además de tener más desarrollado el sentido común, son más valientes que los hombres, lo cual es una enorme ventaja que nos saca el sexo femenino. El sabio Descartes nunca supo que iba a morir de frío por una mujer, sin ser su novia, ni su esposa, ni su amante, ni su reina; era quien más le admiraba, hasta el punto de llamarla a medianoche en una temperatura bajo cero, solo para charlar de filosofía sobre los problemas del momento.
No se puede olvidar a las mujeres grandes del país, y somos los hombres, los que estamos obligados a darles el sitial que se merecen. Doña Rosario Sagastume de Ferrari debe estar en la primera fila de esa galería de grandeza a donde las generaciones actuales y futuras debemos acudir para rendirle el honor que se merece. Loor a esta gran dama, gran esposa, gran madre de familia y gran hondureña que por ningún motivo debe estar en la esquina de las olvidadas.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 21 de agosto de 2025.