
Las consecuencias que le deja al PLR el magnicidio cacareado por el fiscal Johel Zelaya, es de mofa general, que en momentos electorales se traduce en desconfianza y merma de votos. Porque en este caso ni existe la figura del magnicidio ni siquiera hay un ápice de veracidad que indique que las tres pobres personas presentadas tengan siquiera el talante de conspiradores, asesinos o maleantes. Pueden ser hablantines de oficio, de esas personas que no se aguantan para dar rienda suelta a su descontento con el actual orden gobernante, pero es muy raro quien no se exprese mal del gobierno y del partido gobernante en estos días.
Categóricamente afirmamos ante el pueblo hondureño que en la alharaca del fiscal Johel Zelaya no existe la figura del magnicidio, porque para que concurra como concepto, la acción urdida tiene que ser perpetrada contra la Presidente de la República y Mel Zelaya solo tiene la condición de expresidente, o sea la persona que ejerció la presidencia en años pasados, de eso hace 16 años. El término magnicidio está explicado en la doctrina recogida en el diccionario enciclopédico de derecho usual de los juristas Guillermo Cabanellas y Luis Alcalá Zamora, definido en la siguiente forma: «magnicidio es la voz propuesta sin tener que distinguir la forma de gobierno, para la muerte violenta inferida a un jefe de Estado, que en caso de Honduras es la figura de Presidente de Gobierno de la República. Y valga esta aclaración de los juristas, porque, aunque algunos por razones políticas aplican el término magnicidio a personas importantes por su cargo o poder, la Real Academia en forma serena y crítica insiste que el vocablo magnicidio solo debe usarse en términos políticos y periodísticos para referirse al homicidio contra un jefe de Estado o Presidente de la República. Categóricamente le decimos a la población, en el caso mencionado por el fiscal Johel Zelaya, sea por ignorancia o por malicia, para elevar un perfil especial de Mel Zelaya, no existe la figura de magnicidio porque el expresidente Mel Zelaya no es el Presidente de Gobierno, sino simplemente funcionario coordinador.
Aclarada esta situación, vamos a desmenuzar de donde provino esta mala idea en momentos cruciales en que la Fiscalía de EEUU lanzo una acusación que implica participación del gobierno y autoridades militares hondureña en el tráfico de drogas, concediendo el espacio aéreo hondureño para que se pueda dar el indeseable tráfico por el espacio aéreo de nuestro país hacia los EEUU. Urdir una especie de escudo defensivo apelando un supuesto hecho criminal contra el expresidente Manuel Zelaya es una auténtica «ideota» porque todos sabemos en Honduras que al tener el control del alto mando militar y el Ministerio de Seguridad, el expresidente Mel Zelaya es posiblemente la persona mejor resguardada por militares y policías, al fin de cuentas no es el Presidente de la República, pero es el hombre fuerte del gobierno, el poder tras el trono, que le garantiza disponer de los mismos privilegios que solo puede disfrutar la señora Presidente Xiomara Castro.
En esta avenida donde Mel Zelaya disfruta de todos los honores, porque es el hombre que atesora la venia para autorizar cualquier movimiento que se de en el gobierno, a manera de anécdota podemos describir que, para que una mosca roce el sombrero de Mel Zelaya, el pobre insecto tendría que romper el entronque directo en ese escudo militar policial que no permite ningún acercamiento al expresidente, y que, quien pretenda hacerlo sería «hombre muerto, con solo dar el primer paso sobre Mel Zelaya». No hay forma que alguno de los timbucos capturados pudiera ponerle un dedo encima en estos momentos al expresidente Zelaya.
Ahora, esto es en Honduras. Viniendo de afuera, las cosas son distintas. Miren que en EEUU las cosas están revueltas y todo indica que la fuerza naval de EEUU está a poca distancia de las costas de Venezuela, navegando y no por internet, sino en alta mar, mirando fijamente el territorio venezolano. Este no es un movimiento común de la naval de EEUU, hay una orden del presidente Trump al Pentágono para realizar acciones militares contra las agrupaciones narcoterroristas que atentan contra la seguridad de EEUU. Y da la casualidad que el Cartel de los Soles de Venezuela donde figura Nicolás Maduro y otros cabecillas del chavismo, ya fueron declarados por el alto mando de EEUU como «narcoterroristas y conspiradores peligrosos contra la seguridad de EEUU». Que la fuerza naval de EEUU esté navegando en dirección a las costas de Venezuela es señal indicativa que las intenciones del Pentágono es cumplir la orden del presidente Trump.
Si Maduro decide resistir hasta la muerte, entonces aquí sí habría un magnicidio, caso contrario, si Maduro decidiera, como lo hacen la mayoría de los tiranos, poner pies polvorosa y darse a la guinda, entonces lo que habría sería un escape por la punta izquierda como lo hacen todos los cobardes. Esta descripción hecha de lo más gráfico posible no tiene los detalles científicos que solo conocen los estrategas del Pentágono de EEUU. Pero como parece que la acción militar contra Maduro es algo que ya está certificado por el alto mando del gobierno de EEUU, desde Honduras solo podemos asumir el papel de espectadores y esperar que los hechos sucedan, aunque con alguna tardanza, pero todo parece indicar que ocurrirán. Lo que es menos probable es que los militares venezolanos decidan rifársela contra el poderoso aparato militar de la naval de EEUU. Entonces, la razón indica, no hay ni remedo de magnicidio en Honduras, pero podría haberlo en Venezuela.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 15 de agosto de 2025.