
Visiblemente nervioso, el fiscal general Johel Zelaya compareció este día para anunciar, según él, una gran noticia que consistía en la captura de tres personas que estaban fraguando un complot para eliminar al coordinador del PLR, Mel Zelaya, con el fin de derrocar a la Presidente Xiomara Castro y evitar la celebración de las elecciones. Esta comparecencia del fiscal Zelaya es el chacoteo más gracioso que hemos visto en los últimos días, porque los tres ciudadanos expuestos como los sujetos que buscaban eliminar a Mel Zelaya, acabar con el Gobierno de Xiomara y boicotear las elecciones, tenían cara de animalitos asustados, que no acertaban a adivinar porque habían sido capturados.
Es obvio que las declaraciones de la fiscal general de EEUU, Pam Bondi, implicando una vez más al gobierno y autoridades de Honduras en el narcotráfico del Cartel de los Soles a EEUU, hizo entrar en pánico al Gobierno del PLR, que no escatimo vergüenza para poner al fiscal Zelaya a hacer el ridículo, con una denuncia carente de los mínimos elementos que deben sustentar la posibilidad para que la gente la pudiera tomar en serio. En una lógica de cierta racionalidad, la denuncia de un hecho serio como seria atentar contra la vida de la persona más protegida en Honduras como es el coordinador del gobierno Manuel Zelaya Rosales, requería mostrar todo un aparato con logística y armamento sofisticado, casi un batallón al estilo de los famosos «boinas verdes» o de los más curtidos tesones preparados y apertrechados, para despachar al ejército de militares y policías que custodian las 24 horas a Mel Zelaya.
Con su denuncia chistosa, el fiscal Johel Zelaya paso del esperpento al surrealismo, que es el mundo de lo imaginario y lo irracional. A simple vista se ve que los tres pobres calandracas capturados son chacoteros colegas del fiscal general, personas a las que les gusta el chacoteo, que en el ámbito coloquial son llamados «habla caca» capaces de inventar y contar perras, pero incapaces de matar una pulga. Alguien les grabó sus chacoterías y le tomaron el pelo al fiscal general Johel Zelaya que se ve que no está para cosas serias.
El coordinador general del gobierno y del PLR, Mel Zelaya, sin duda que en las últimas semanas ha sido sometido a un bombardeo de presiones por las medidas del gobierno de EEUU, pero, el sobresalto mayor se lo debe haber provocado la declaración de la fiscal general de EEUU, Pam Bondi, al implicar al gobierno y autoridades de Honduras en las operaciones del narcotráfico del Cartel de los Soles, con sus principales cabecillas Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López. De esta declaración fulminante de la fiscal de EEUU, a la exageración grotesca y contradictoria del fiscal general hondureño Johel Zelaya, hay un universo de distancia. La declaración de la fiscal Pam Bondi sin duda que pudo haber hecho entrar a Mel Zelaya en un estado de dislocación y descoyuntamiento, lo que provocó que pidiera al fiscal Johel Zelaya que hiciera lo que se le ocurriera, para contrarrestar el efecto de la declaración demoledora de la fiscal de EEUU.
Y no es para menos, con el bombardeo estadounidense en contra del chavismo, cuando ya se maneja el término que «Trump tiene licencia para matar a Nicolás Maduro», el expresidente Mel Zelaya ha de estar afectado por la emotividad de saber que Maduro está en la mira de EEUU, lo que no es motivo para expresarle cordiales parabienes a su amigo Nicolás, que aunque no tiene la mínima intención de marcharse del poder, los gringos no parecen estar dispuestos a ser condescendientes con su deseo, porque lo han encontrado culpable de liderar un cartel que además de enviar drogas a EEUU, un delito que implica actividad terrorista, lo acusan de conspirar para introducir armas y dispositivos destructivos, delitos que convierten a Maduro en enemigo de EEUU, susceptible de ser objetivo de un operativo militar sin límite, lo que quiere decir que la justicia de EEUU quiere a Maduro «vivo o muerto».
Esto no se puede tapar con la comparecencia del fiscal general Johel Zelaya que resulto un espectáculo absurdo, de una incoherencia extravagante y disparatada, acusando a tres pobres calandracas, chacoteros, los clásicos bromistas que se jactan de ser tan buenos como Messi o Mbappé, aunque nunca le hayan dado un puntapié a una pelota. Un fiscal general que cita a los medios, prometiendo que tiene algo grueso que anunciar y se dirige a la nación con una especie de discurso testamentario, delatado por su inocultable nervosismo, diciendo que tres pobres sujetos con cara de hambrientos intentaban matar tres pájaros de un solo tiro: eliminar a Mel Zelaya, derrocar a Xiomara Castro y truncar las elecciones, es una defecada de espanto.
El manejo de las mentiras se le ha escapado de las manos al fiscal general Johel Zelaya. En su comparecencia de hoy sudaba copiosamente, dando la impresión de ser un funcionario cataléptico, teledirigido a cierta distancia para decir lo que todos le tomamos como un chacoteo, una mentira graciosa. Aunque, en el plano de la seriedad, tenemos que decir que este fiscal general lo que menos transmite es confianza. Los hondureños saben que todo lo que dice y lo que hace el fiscal Zelaya está divorciado de la ley y de la verdad. Y si no, que nos explique porque no hace algo con el protagonista del narcovideo, y con la tristemente célebre diputada Cuéllar que hizo alarde de hacer micos y pericos con muchos millones de lempiras recibidos de SEDESOL.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 14 de agosto de 2025.