SOFLAMA PRESIDENCIAL

No hace poco tiempo, sino varios siglos, que el estratega chino Tsung Tzu, aconsejaba que antes de entrar a la guerra hay que saber elegir dos cosas importantes: primero, conocer el territorio donde se tiene que combatir y segundo, de ser posible escoger al enemigo, porque ir a tientas a una guerra en un escenario desconocido y sin conocer a fondo la capacidad del adversario, es ir directo al fracaso. Tengo la impresión que la Presidente Xiomara Castro parece que desconoce que EEUU sigue siendo el país más poderoso del mundo. Su mensaje de solidaridad con el narcoterrorista gobierno de Nicolas Maduro, imputado de cinco cargos por el Departamento de Justicia de EEUU, ha sido una posición bastante desafortunada y contraproducente, porque adherirse a un gobierno enlodado por el narcotráfico y el terrorismo, más la acusación de conspirar para introducir armas y dispositivos destructivos, es pasarse al bando de un gobierno sobre el que podrían desencadenarse operativos militares en cualquier momento.

Lo fundamental del craso error de la Presidente Xiomara Castro, es que, debe saber que ella en su condición política es nada más la Presidente de Gobierno, porque solamente fue electa por un determinado número de electores. Esa condición no le ajusta para hablar como si fuera la dueña del Estado, porque el Estado somos todos los hondureños, entre ellos el resto de los 10 millones de ciudadanos, que somos más de 8 millones de personas que no votamos por ella, pero que, por convicción democrática, respetamos la regla constitucional de que, aunque un presidente resulte electo por una minoría de la población, se le debe guardar respeto por su investidura.

Igual que de la misma manera, en ese doble itinerario que existe en la democracia, un presidente debe respetar a los demas sectores de la nación, que aunque no la eligieron, aunque constituyan la mayoría, por obligación moral deben respetar la investidura presidencial, tanto para reconocerla como tal, como para demandar de la Presidente que respete su condición de ciudadanos y contribuyentes. En este sentido, los ciudadanos lamentamos que la Presidente Xiomara Castro se haya propasado hablando a nombre del Estado, para solidarizarse con el gobierno de Nicolas Maduro, que ha sido tipificado como un gobierno narcoterrorista y conspirador por importar cocaína, armas y dispositivos destructivos a EEUU. Con semejante andanada de acusaciones, lo que procede del gobierno de Xiomara Castro es marcar distancia del gobierno narcoterrorista de Nicolas Maduro.

Cualquiera que haga causa común con el gobierno narcoterrorista de Nicolás Maduro debe atenerse a que de inmediato queda pintado del mismo color criminal, por lo que, la generalidad de los hondureños nos alzamos en protesta contra la desnaturalizada solidaridad expresada por Xiomara Castro con su amigo Nicolás Maduro. En todo caso es su derecho parecerse y hacer migas con el gobernante que se identifique, sea por amistad, por compartir los mismos ideales, por realizar las mismas actividades y los mismos objetivos politicos. Sin embargo, nada de eso es compartido por la generalidad del pueblo hondureño que es la inmensa mayoría, que no queremos parecernos ni hacer migas, porque no hacemos las mismas actividades de Nicolás Maduro, al que detestamos por su brutalidad dictatorial que hoy lo sitúa como el tirano de Venezuela.

No queremos hacer migas con el gobierno de Nicolas Maduro, por tratarse de un gobierno que mantiene los principios del marxismo, empezando por su odio a la religión, a la que define como traficante de la fe, apuntando diariamente con el dedo acusador a los empresarios, aunque de muchos de ellos reciben sumas cuantiosas de dinero, un cruel lucro privado que constituye una extorsión directa contra los empresarios, que por temor prefieren situarse como amigos del gobierno, a pesar de ser sometidos a un fustigamiento incesante en el discurso de la Presidente, del coordinador de gobierno y de toda la gente del PLR.

Congraciarse con un gobierno narcoterrorista y conspirador como el de Nicolás Maduro es una soflama marxista que no compartimos la inmensa mayoría de los hondureños, y que más bien rechazamos categóricamente, por lo que protestamos que doña Xiomara Castro hable a nombre del Estado de Honduras, en todo caso puede hablar como Presidente de Gobierno, que es la condición en la que no tiene restricciones en estos casos, pero no debe incurrir en el abuso de hablar a nombre del Estado, porque la inmensa mayoría de los hondureños que somos más de 8 millones, no lo consentimos.

Que Honduras esté regida ahora por un gobierno populista, equivalente al modelo comunista, la inmensa mayoría de hondureños no tenemos por qué aceptar las tesis del PLR en el poder. Honduras sigue siendo, después de tres años y medio de gobierno populista, un país donde predominan las ideas democráticas, con la convicción de no querer convertirnos en un país con dogmas como son ahora Cuba, Venezuela y Nicaragua, con sus guardianes perrunos, sus herejes y su utopía llena de falsedades como la igualdad de todos los hombres y mujeres, que propugna abolir la propiedad privada, creando una élite privilegiada de cabecillas del partido que se dan la gran vida, mientras los pobres cada día son más pobres. Porque estos, paradójicamente, son los que votan por estos modernos tiranos que se dan la gran vida a costa de los pobres y la pobreza.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 11 de agosto de 2025.