
Un partido debe saber en qué momento ha perdido el respaldo popular, y ese momento es cuando ni siquiera las personas que han sido sus más fieles seguidores lo acompañan en sus celebraciones más importantes. El Partido Libertad y Refundación (PLR) sufrió el sábado su peor descalabro político, al recibir el rechazo de su gente a la convocatoria que, de manera profusa, por todos los medios a su alcance, hiciera su coordinador general Mel Zelaya, para celebrar lo que él considera que es la conmemoración del «golpe» a su gobierno el 28 de junio de 2009. La notable ausencia de seguidores hizo ver al PLR un partido escuálido, anémico, sin sangre popular, y quizás la flaca concurrencia que acudió estaba formada por empleados públicos, que mostraban cara de abochornados al sentirse usados para evitar un fracaso que resulto inevitable.
No hay nada peor para un partido politico que sentirse abandonado por su propia gente, y eso fue lo que sucedió al PLR el sábado, un día que históricamente marco el fin del ciclo de Mel Zelaya, porque, cuando un líder decide poner toda la carne al asador, como lo hizo el coordinador del PLR el sábado, es porque está seguro de su poder de convocatoria, y el sábado quedó demostrado que fuera de la gente radical que lo sigue, que son empleados del gobierno, lo que adoleció el PLR el sábado es falta de calor popular, lo que se notó en la pobrísima manifestación convocada por Mel Zelaya.
Dado que cualquier mal momento es susceptible de empeorar, lo pobre de la manifestación del PLR el sábado, que a duras penas pudo llevar gente para medio rellenar una calle, todos los escándalos que han venido sacudiendo al Gobierno de Xiomara Castro y que embarran al partido gobernante, pueden ser la hecatombe política del PLR, una vez que sectores de la sociedad han iniciado una serie de acciones legales, en primer lugar para impugnar la presencia de familiares de dirigentes del PLR en organismos como el CNE, donde un hijo de Juan Barahona y otra persona afín a una designada presidencial de Rixi, acusan el vicio de ser personas interesadas, que resultan inaceptables para desempeñar cargos en el CNE, donde su presencia maliciosa genera cero confianza en el proceso electoral. Igual acontece con el alto mando militar afín al PLR, encabezado por Roosevelt Hernández, cuya destitución empieza a cobrar fuerza entra los sectores de sociedad civil.
Que un organismo como el CNE tenga parientes cercanos a los cabecillas del PLR, por ser completamente hostiles a la imparcialidad, los convierte en agentes partidarios del PLR, algo que es completamente inadmisible, por lo que los recursos interpuestos esta semana deberán ser ventilados en el Poder Judicial, y aunque no lo quisiera la cabeza de este poder que como todos sabemos es una pieza más del partido gobernante, no le quedara más que resolver, porque no hacerlo abrirá la puerta para que las acciones se interpongan a nivel internacional, con lo que la idea del fraude electoral del PLR, cobrara vigencia en el mundo entero.
La desertización popular que mostró el PLR el sábado, con una manifestación que es propia de un pequeño municipio del país, es revelador del principal riesgo de un vuelco político interno que sacude a Libertad y Refundación. La minúscula concentración del PLR del sábado revela que la militancia de este partido se ha hartado a estas alturas del oportunismo interno, donde aparte del familión presidencial, sumando el segundo familión de la familia Moncada, los militantes notan que hay grupos familiares en varios departamentos del país. Así, la diputada Isis Cuéllar en Copán está en la cresta de la ola en aquella zona occidental, donde es un secreto a voces el aprovechamiento de esta diputada. Mientras en Olancho se mencionan a varios enclaves familiares que bajo la protección de la familia presidencial, hacen clavos de oro con los dineros públicos.
Así, el PLR se ha fabricado su propia trampa, de manera que se halla en el punto de mira de su misma militancia, que ve como los «familiones» de los Zelaya, los Moncada, los Redondo y tantos otros, se reparten el tesoro nacional con la cuchara grande, ellos y sus secuaces, mientras la base del PLR se ha quedado mirando y hambreando. El PLR no puede conseguir votos limpios de la población, por lo que ha recurrido a comprar la conciencia de la gente de los departamentos pobres como La Paz, Intibucá, Lempira, Ocotepeque, Copán, Santa Bárbara, Colón y Olancho, pero los votos comprados no son fieles cuando las personas llegan a la urna. Y de eso les puede hablar con toda propiedad Juan Orlando Hernández.
La demolición política que significó la esquelética concentración del sábado, es la prueba irrefutable del fin del ciclo político de Mel Zelaya, porque así sucede en la vida, hay un tiempo para todos, para los temerarios, para los necios y para los empecinados, el sábado le tocó el turno a Mel Zelaya, al recibir una bofetada a través del rechazo popular de la gente que en otros momentos lo acompañó. La celebración del «golpe» de 2009 al final resultó un golpe al orgullo de Mel Zelaya, que, en tono optimista, en una engañifa de circo que nadie le cree, fue el único en el PLR que creyó ver una marcha con 60 mil personas. Sin duda que Mel Zelaya padece la terrible enfermedad que sufren aquellas personas que ven alucinaciones, que es el mal de los ciegos, que se inventan espejismos para ver agua donde solo hay arena.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy lunes 30 de junio de 2025.