Las autoridades judiciales iraníes informaron este domingo que el bombardeo israelí del 23 de junio contra la prisión de Evin en Teherán dejó un saldo de 71 muertos, incluyendo personal administrativo, presos, familiares en visitas y vecinos de los alrededores. El portavoz del Poder Judicial, Asghar Jahangir, detalló a la agencia Mizan que los proyectiles impactaron la sala de visitas, donde se encontraban familiares y reos, y también afectaron edificios residenciales cercanos. Aunque Jahangir reportó un número significativo de heridos, no proporcionó una cifra exacta, destacando la gravedad del ataque en una instalación conocida por albergar a disidentes, periodistas críticos y opositores al régimen iraní.
El ministro de Exteriores de Israel, Gideon Saar, confirmó el ataque el mismo día, publicando en X la frase “¡Viva la libertad, carajo!”, aludiendo al eslogan del presidente argentino Javier Milei. La acción ha generado controversia internacional, con la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos calificándola como una grave violación del derecho internacional, argumentando que los reos, independientemente de las razones de su detención, no deberían ser objetivo militar. La prisión de Evin, un símbolo de represión en Irán, ha sido señalada por organizaciones de derechos humanos como un centro de detención arbitraria, lo que intensifica el debate sobre la legitimidad y las consecuencias de este ataque.