
Dicen los ingleses que cuando algo va mal lo mejor es estropearlo del todo. Eso pareciera estar ocurriendo en el PLR, donde los números que están apareciendo en los sondeos tienen asustados al alto mando del PLR y a sus compinches en el Congreso Nacional. A eso se debe la errática impugnación de la candidatura de Salvador Nasralla por uno de los abogados de confianza del diputado Luis Redondo, que sin duda es el más desesperado por impedir que el ahora candidato liberal pueda tener siquiera la posibilidad de presentarse en las próximas elecciones como candidato presidencial.
La impugnación contra la candidatura de Salvador Nasralla es una majadería de once mil cuartas, porque la acción cuasi-legal, con cero posibilidad de prosperar en el CNE, al final no podrá evitar que el candidato liberal aparezca en la papeleta electoral. Y el solo hecho de intentar inhabilitarlo, le crea a Salvador Nasralla una corriente favorable de simpatía por efectos del victimismo o martirologio, que es el fenómeno que siempre corre a favor de la víctima para terminar elevándola a la gloria del triunfo. La política hondureña no es del todo diferente al resto de los estilos politicos de los demas países, de manera que cuando se quiere bloquear las aspiraciones de un candidato, al que le brota la popularidad por todos lados, se le hace el más estupendo de los favores al elevarlo al martirologio, haciéndolo víctima de la intriga, lo que es fácilmente interpretado por los electores.
Mel Zelaya se dio cuenta que la impugnación urdida en el bunker de Luis Redondo, que por supuesto debió haber sido consultada antes con el coordinador del PLR, no era un factor favorable, por lo que salió presuroso a desautorizarla, terminando por agrandar la metedura de extremidades, porque en ese mismo instante el colectivo nacional interpretó que las reacciones populares más las opiniones de rechazo por parte de la opinión pública, revirtieron las malas intenciones contra Salvador Nasralla en contra del PLR, que ya tiene bastante con la montaña de desgaste político que se le ha venido encima por tantos escándalos, que cuando no es el asesinato del dirigente ambientalista Juan López, es el narcovideo de «Carlón», y de remate la mega estafa de KORIUN donde hasta las FFAA y la candidata Rixi Moncada resultaron pringados con sus respectivas manchas.
Si echamos cuenta, las pocas horas que se ventiló en los medios la pretendida impugnación de la candidatura de Salvador Nasralla, bastaron para que el candidato liberal recibiera un amplio respaldo, que en medio de una campaña electoral, se contabiliza en votos favorables y en votos de castigo. Votos favorables para Salvador Nasralla y votos de castigo para la candidata Rixi Moncada. En ese sentido, al diputado ‘Frankenstein’, Luis Redondo, que ha resultado más autoritario que los más radicales del PLR, debió caerle el veinte para recapacitar que el propósito del PLR no es hacer que Salvador Nasralla crezca como la espuma, sino hacerlo que baje en los indicadores de aceptación y popularidad.
¿Cómo impedir que Salvador Nasralla siga creciendo, si los pasos que da Luis Redondo más bien lo llevan a un mayor crecimiento? Aunque con menos de dos dedos de frente, Luis Redondo recapacitó, y posiblemente el llamado altisonante de Mel Zelaya, quien es su jefe de cabecera, lo hizo retroceder. Mel Zelaya dijo que, la demanda contra Nasralla no tenía pies ni cabeza, como efectivamente así es, aunque cuando salió al rechazo de la infortunada iniciativa, el beneficio para Nasralla ya estaba hecho. La majadería de Redondo a través de uno de sus fieles sirvientes, ya había rendido bonos de utilidad para Salvador Nasralla.
No siempre la bulla intimidatoria como la que se pretendió hacer con la demanda que intentaba inhabilitar a Salvador Nasralla, surte efectos favorables. Querer poner a Salvador Nasralla contra la pared, incluso con la desmadrada anticipación de proponer en el documento que Nasralla fuera sustituido por uno de sus designados presidenciales, es un sacrilegio autoritario al asumir que el CNE le daría validez al mamotreto del abogado sirviente de Redondo. Es obvio que la jugarreta de Redondo conllevaba el despropósito de desestabilizar al líder liberal Salvador Nasralla. Craso error, pésimo calculo, porque Nasralla ni se amilanó ni se preocupó sino que en forma rauda salió a denunciar la intentona golpista de un sujeto trasnochado, que actúa en forma interpósita por instrucciones de su jefe en el Congreso Nacional.
La cacería para frenar la candidatura de Salvador Nasralla, urdida por Luis Redondo por encargo del PLR, fue la más corta y cómica intentona por intentar detener las aspiraciones del candidato liberal, porque lo que ocurriría sería exactamente lo contrario, como ya se está viendo en los primeros sondeos de opinión pública, en los cuales Salvador Nasralla se perfila como el líder que debe encabezar la fórmula de coalición espontanea para detener el aparato de fraude del PLR.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 5 de junio de 2025.