
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó a la Corte Suprema a suspender un fallo del juez federal Brian Murphy, de Massachusetts, que prohíbe deportar a ocho migrantes retenidos en una base militar en Yibuti hacia Sudán del Sur sin permitirles litigar sus casos. El juez determinó que la Administración Trump violó una orden al intentar enviar a estas personas, originarias de Cuba, México, Laos, Birmania, Vietnam y solo una de Sudán del Sur, a un país donde podrían enfrentar tortura, contraviniendo la legislación estadounidense. Trump argumenta que los migrantes cometieron crímenes “monstruosos” y que solo Sudán del Sur aceptó recibirlos, ya que sus países de origen se negaron.
El caso refleja las tensiones entre el Gobierno republicano y el poder judicial por las políticas de deportación masiva de Trump. El Departamento de Estado considera a Sudán del Sur un destino peligroso debido al conflicto armado, y el juez Murphy ordenó que las audiencias de los migrantes se realicen en Yibuti, donde están retenidos. Además, la Administración Trump ha intensificado sus esfuerzos para acelerar deportaciones, incluyendo un acuerdo con El Salvador, liderado por Nayib Bukele, para enviar a más de 200 migrantes a una megacárcel por un pago de 6 millones de dólares, manteniéndolos incomunicados de sus familias y abogados.