
Durante la Semana Santa, Honduras se llenó de movimiento con familias recorriendo carreteras hacia playas, montañas y destinos religiosos, generando un impacto económico millonario que revitalizó el comercio local. Manuel Hernández, presidente de Fedecámara, calificó el feriado como un “derroche económico” y destacó la movilización masiva de turistas internos, desde las playas de Tela y Trujillo hasta las procesiones de Comayagua y los pueblos del occidente, consolidando el turismo como un motor clave para la economía.
Las carreteras en buen estado y un efectivo despliegue de seguridad, con policías, bomberos y Cruz Roja, garantizaron viajes seguros y fluidos, según Hernández. Ángela Hernández, promotora turística del occidente, resaltó que las familias buscaron un respiro del estrés cotidiano, consumiendo en restaurantes, comprando artesanías y hospedándose, lo que impulsó los negocios locales y reflejó el anhelo de los hondureños por disfrutar de sus riquezas naturales y culturales en esta temporada religiosa.