
Por donde se mire, la izquierda latinoamericana está dedicada a practicar el fascismo que denuncia sin tregua contra sus adversarios. Suelen imputarles a los sectores democráticos la acusación de fascistas, cuando los fascistas son todos aquellos que apelan a la violencia y al autoritarismo para hacerse valer y en Honduras, el PLR es el que abandera y recurre a la violencia como forma de lograr sus objetivos. Esta es la regla invariable: el que las usa, se las imagina.
Lo vimos en los últimos dos días cuando representantes de varios gobiernos de corte izquierdista, aglutinados en la CELAC, llegaron a Tegucigalpa para darle un baño de pureza marxista a la Presidente Xiomara Castro, al alto mando del PLR y por supuesto a la decaída candidata Rixi Moncada, que por los datos exactos cotejados, no paso de sumar unos 300 mil votos en las Elecciones Primarias, mientras el resto de papeletas fue producto del «inflamiento» de las urnas, por la ventaja de ser candidata única, por lo que no sufrió el estrés de competir con adversarios, siendo que Rasel Tome solo jugo el papel del «espantapájaros» en las milpas para engañar a los pericos.
Los altos «dignatarios» que acompañaron a Xiomara Castro, en el «estricto sensu» del idioma, son «jefes de cárteles», siendo que todos están sindicados de tener ligas con distintas agrupaciones, de manera que lo que se registró en Honduras fue un conclave de «jefes de jefes», que al final suscribieron un documento que fue «fusilado», más no consensuado, por la manera ramplona conque la mandataria hondureña, dando un martillazo sobre la mesa, remató el mamotreto alegando que tenía «suficiente consenso» por lo que quedaba aprobado, aunque los micrófonos no pudieron silenciar el disenso expresado por Paraguay y Argentina.
La izquierda salió hecha papilla de Tegucigalpa, completamente fracturada, porque Nicaragua que vive un régimen marxista que es una verdadera satrapía, se sumó al desacuerdo paraguayo y argentino, de manera que no hubo consenso para aprobar los ocho puntos que no tendrán ninguna incidencia en el resto de países, que aunque practican una izquierda desaliñada, no se atreven a rebelarse ante EEUU, porque, como buenos oportunistas que son sus gobernantes, también son dependientes del Tío Sam.
En realidad, los visitantes, que fuera de Lula Da Silva y la Claudia Sheinbaum de México, no tienen una pizca de ilustres, solo llegaron a disfrutar de una francachela, donde saborearon deliciosas viandas y bebidas de las más caras, alojados en los mejores hoteles de Tegucigalpa, dejándonos una carga onerosa estimada entre 350 y 400 millones de lempiras que deberán ser costeados con los impuestos que pagamos los contribuyentes. Xiomara Castro le entregó la banda de la Presidencia Pro-Tempore de la CELAC al colombiano Gustavo Petro, un exguerrillero que está transcurriendo sin pena ni gloria su periodo presidencial, ante el descontento general de los colombianos que ven todos los días el calendario, ansiando que los meses pasen volando para que Petro deje el espacio a un nuevo mandatario que rescate a Colombia.
No hubo un pronunciamiento que pueda decirse que le toque las barbas a Trump, sencillamente porque le tienen pavor, porque saben que el desjuiciado presidente estadounidense los puede refundir con aranceles, la nueva arma conque Trump ha puesto a temblar al mundo. No hubo un discurso interesante en esta cuasi cumbre de la CELAC. Todo se remitió a abrazos entre camaradas, en los que se restregaron adulaciones entre ellos mismos. El súmmum del fracaso de este evento, por infortunio lo constituyó la Presidente Xiomara Castro, cuando al final del evento, haciendo un derroche increíble de desconocimiento se atrevió a aprobar un acuerdo que pudo pasar por mayoría de votos, pero no por consenso, al escucharse a todo volumen en los parlantes los disensos de la representación paraguaya y argentina, sumándose el desacuerdo de Nicaragua, extremo último que provoco extrañeza, porque Nicaragua está en la férula marxista.
Mi conclusión: la seudo cumbre de la CELAC no fue nada importante, fue una costosa francachela donde se le dio a la Presidente Xiomara Castro un baño de champaña en su despedida de un cargo intrascendente que no tiene incidencia alguna en las grandes decisiones que afectan al continente. CELAC no tiene garras que podrían preocuparle a EEUU, por eso los estadounidenses siguen prohijando a la OEA, que, aunque en su momento Fidel Castro la consideró un cadáver putrefacto, el hecho de tener su sede en Washington habla de la importancia de gozar de la poderosa mano protectora del Tío Sam, que no es poca cosa.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 10 de abril de 2025.