
Nery Alexis Gaitán
Tal como lo hemos reafirmado a través de los años, el sistema de salud público del pueblo hondureño es un desastre; se encuentra en un estado lamentable y es completamente ineficiente. La infraestructura está colapsada desde hace décadas. No hay medicinas; la mora quirúrgica es extensa. El trato del personal de salud es inhumano. Gobiernos van y vienen y nada ha cambiado. Excepto ahora que está peor, en calamidad total.
Los hospitales y centros de salud públicos están casi en abandono, desabastecidos de medicinas, las máquinas están en mal estado, etc.; no hay ni una simple pastilla para calmar el dolor. De remate, la atención médica es de pésima calidad; lo único seguro de encontrar es la muerte.
En el IHSS, la situación es igual o peor. Aquí los afiliados pagan una cuota mensual por lo que deberían ser atendidos con prontitud y calidad. Pero lo que sucede es peor que una historia de terror. Hay que recordar que lo han saqueado a través de los años; el desfalco mayor se dio en la administración de JOH, se robaron miles de millones de lempiras, alteraron medicamentos, entre otros ilícitos, lo que ocasionó la muerte de más de tres mil hondureños.
A esto hay que agregarle que la mala administración continúa; no hay medicamentos, algunas máquinas están en mal estado; el servicio de diálisis es deficiente, etc. La atención del personal médico y de enfermería es malísima, tratan a los pacientes con un marcado desprecio. Hasta el personal de vigilancia insulta a los derechohabientes, como si la norma fuera el maltrato. No hay ninguna diferencia, en la situación de bancarrota y trato inhumano, con los hospitales públicos.
Lo que ha sucedido en los últimos días es en verdad lamentable. En su momento anunciaron que iban a dar citas para que los pacientes pudieran ser atendidos por especialistas. Los afiliados, debido a la urgencia de mejorar su salud, fueron a hacer fila desde las primeras horas de la madrugada. Pero los empezaron a atender muchas horas después; algunos hicieron fila entre 8 y 10 horas para que al llegar a las ventanillas les dijeran que no había médicos (parece que se fueron de vacaciones) y les agendaron citas para mucho tiempo después.
Como la urgencia por obtener una cita con los especialistas muchas veces es de vida o muerte, muchos que no lograron llegar a las ventanillas ese día, se quedaron a dormir a la intemperie. Y esperaron hasta la mañana siguiente que les asignaran un cupo con el especialista, pero para un tiempo después.
Indigna sobremanera el trato inhumano de que son objeto estos hondureños, cuando su único “crimen” es solicitar una atención médica, a la cual tienen derecho porque pagan por ella. Cientos de personas aguantaron sol, hambre, estar parados durante horas es una tortura. Y lo más triste es que había muchos pacientes de la tercera edad, sufriendo las inclemencias de esa espera inhumana.
El inepto director del IHSS, lo que argumentó es que había sido un error administrativo y con eso se lavó las manos. ¡Cómo es posible tanta indiferencia y torpeza de la administración! Este director lo único que ha hecho es aumentarse su salario; en diciembre de 2022 su salario era de L. 156,293,90 y en agosto de 2023 se aumentó L. 64,152.70 (el 41%) por lo que su salario actual es de L. 220,446.70. ¡Indigna que estos funcionarios se den la gran vida mientras el pueblo sufre!
No es posible que continúe esta administración tan deficiente. Ni siquiera se les ocurre que pueden habilitar algunas líneas telefónicas, para que los pacientes agenden sus citas, sin tener que aguantar las inclemencias del tiempo entre otros males. Pero estos ineptos parece que no entienden nada de tecnología y cómo aplicarla para el bienestar de los pacientes.
¡Urge que el IHSS mejore el trato a los derechohabientes, son seres humanos y no animales!