En la última noche de 2024, la tradicional quema del «Año Viejo» en Honduras tomará un giro simbólico al incluir los monigotes de la presidenta Xiomara Castro y su esposo, el expresidente Manuel Zelaya. Esta práctica, realizada por artesanos nacionales, es más que una simple costumbre; es una manifestación popular con un fuerte sentido crítico hacia el desempeño de figuras públicas.
Luis Lagos, un artesano que elabora los monigotes en el sur de Tegucigalpa, explicó que la figura de la pareja presidencial, junto con un caballo blanco, símbolo de Zelaya, serán quemadas como una forma de expresar el descontento del pueblo. «Con todo respeto, tenemos a la pareja presidencial, a Xiomara y Mel, y esto se convierte en una manifestación pacífica para hacerle saber a estos gobernantes el mal sentir del pueblo», dijo Lagos, destacando que esta práctica no solo responde a su sentir personal, sino al de muchos ciudadanos.
Los monigotes, rellenados con cohetes y petardos, representan a aquellos funcionarios que, en opinión de los artesanos, no han cumplido con las expectativas del pueblo, siendo destruidos al despedir el viejo año y dar la bienvenida al nuevo.
