En recientes declaraciones, el exjefe de operaciones de la DEA, Mike Vigil, se refirió a las investigaciones abiertas por fiscales federales en Estados Unidos contra políticos hondureños, incluyendo al expresidente Juan Hernández y al narcotraficante Midence Oquelí. Vigil destacó que lo curioso del caso de Oquelí es que, inicialmente, al llegar a EE. UU., se declaró inocente, pero tras ver la evidencia en su contra, cambió su declaración a culpable. 19 días después, el gobierno de Honduras anunció su intención de anular el tratado de extradición con Estados Unidos, lo que, según Vigil, tiene como objetivo proteger a la familia Zelaya y otros implicados en las investigaciones, particularmente aquellos cercanos a la presidenta Xiomara Castro.
Vigil también señaló que la reciente visita de altos funcionarios hondureños a Venezuela y su reunión con Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Maduro, acusado de narcotráfico en EE. UU., fue utilizada como argumento por el gobierno de Honduras para justificar la anulación del tratado. Según Vigil, la embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dugu, expresó su sorpresa por la reunión con Padrino López, y este hecho se utilizó para afirmar que el tratado de extradición estaba siendo usado como una «arma política». Para Vigil, este argumento es “absurdo”, ya que las investigaciones de las autoridades estadounidenses están basadas en pruebas sólidas y no en especulaciones. Además, destacó que los fiscales federales de Nueva York tienen un éxito del 95% en sus casos, lo que subraya la seriedad y solidez de las acusaciones contra los implicados en actividades criminales.