
Según la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Migdonia Ayestas, en lo que va del año se han reportado 12 masacres, con un saldo de 42 víctimas, entre ellas cinco mujeres. Estas cifras duplican los registros del mismo período en 2024, cuando se contabilizaron seis episodios violentos con 19 fallecidos. El drástico aumento mantiene en alerta a la población hondureña, que enfrenta esta ola de violencia en medio de un estado de excepción.
Las autoridades no han detallado las causas específicas detrás del repunte, pero el crecimiento de estos crímenes organizados refleja un desafío urgente para la seguridad pública. Mientras las familias exigen respuestas, el gobierno enfrenta presión para contener la escalada de violencia que amenaza la estabilidad del país.