
Un 70 por ciento de probabilidades estiman meteorólogos del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanografícos y Sísmicos (Cenaos) con relación a un impacto de sequía a causa del fenómeno “El Niño” sobre sectores productivos de granos básicos de Honduras.
El director de esa dependencia adscrita a la Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales de Honduras (Copeco), Francisco Argeñal, expuso que “estamos hablando de casi un 70 por ciento de nivel de acierto de que tendríamos fenómeno “El Niño” a partir de junio”.
Las probabilidades serían aún más altas de casi un 80 por ciento en las próximas semanas, esta condición climática adversa golpearía con sequía en el Corredor Seco.
Argeñal agregó que a mediados de abril no se ve todavía que pueda darse buenos chubascos, como aconteció el año pasado. “Significaría que las lluvias empezarían tarde, en la mayor parte de la vertiente del Pacifico de Honduras en junio a finales o primeros días de julio habría canícula marcada con reducción de lluvias, sobre todo en la segunda quincena de junio”, señaló.
Los departamentos con mayor impacto serían El Paraíso, Francisco Morazán, Choluteca, Valle, Comayagua y La Paz, de acuerdo con el pronóstico basado en modelos meteorológicos.
“El Niño” consiste en un calentamiento de más de medio grado Celsius de la temperatura promedio en la superficie del mar en el océano Pacífico, además los vientos que soplan del este cerca de la superficie marina se debilitan y las lluvias que por lo general se producen sobre Australia, se trasladan al centro del océano Pacífico sobre las Polinesias.
Esa interacción con los vientos y la circulación marina influyen mucho para que se formen menos huracanes en el océano Atlántico y más huracanes en el océano Pacífico cerca de Guatemala y México.
Los efectos negativos de Niños intensos como los que ocurrieron entre 1982-1983, 1997-1998 y 2014_2015 en Honduras, ocasionaron pérdidas millonarias, ya que las sequías y altas temperaturas que se registraron produjeron muerte de ganado, pérdidas en cultivos de granos básicos, disminución en la producción de camarones.
Las condiciones favorecieron la propagación de incendios forestales, se registraron mayores brotes del gorgojo descortezador del pino, pulgón amarillo, enfermedades propagadas por vectores como el dengue, zika y chikungunya, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y la calidad de vida de la población.