El anuncio hecho por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre mecanismos antifraude ha despertado expectativas y escepticismo. Aunque el objetivo de implementar un sistema de votación biométrica que prevenga el voto múltiple es loable, surge la pregunta: ¿Es esto realmente una fachada que sólo permitirá vislumbrar transparencia o una solución efectiva? El hecho de que estas medidas se dieran a conocer en presencia de Marlon Ochoa, representante del Partido Libertad y Refundación, sólo agrega dudas sobre la equidad en el proceso, dado el mismo cuestionamiento a su partido.
Aunque un control estricto del número de votantes registrados y la transmisión de resultados en tiempo real suenan prometedores, la claridad en cómo se transmitirán los resultados preliminares es lo que falta para que esto sea completo. Deja en el aire un aspecto fundamental de la integridad electoral. Además, mientras más de 600,000 nuevos votantes están habilitados para participar, es crucial preguntarse si el CNE realmente cuenta con la capacidad técnica y operativa para manejar este incremento sin que surjan irregularidades.