El Congreso Nacional, tras el fracaso del martes en elegir las nuevas autoridades del Ministerio Público (MP), buscará un acuerdo entre las distintas fuerzas políticas que permita la elección del nuevo Fiscal General y su adjunto, a fin que los nuevos responsables asuman su mandato de cinco años el 1 de septiembre.
Las dos fuerzas políticas, el gobernante partido Libre y algunos diputados aliados, y la oposición coaligada en el Bloque Opositor Ciudadano (BOC), presentaron su propuesta de candidatos a fiscales, pero como se estimó ninguno logró los 86 votos para que fuesen considerados.
Ante el fracaso de la elección y la parálisis que generó la votación, el titular del Congreso Nacional, Luis Redondo, suspendió la sesión y la convocó para este miércoles.
Se espera que las fuerzas políticas, Libre, nacionalistas, liberales y el partido Salvador de Honduras, negocien en las próximas horas a fin que puedan llegar a un acuerdo que permita destrabar el proceso para seleccionar a las nuevas autoridades del MP.
La elección se realizó en el marco de la movilización ordenada por el gobierno, cuando miles de militantes de Libre marcharon desde Casa Presidencial a la sede del Poder Legislativo.
La presidenta Xiomara Castro, al conocer el resultado negativo que no permitió la elección del fiscal general y su adjunto, anunció en su cuenta de la red social X, antes Twitter, que pedía a los movilizados mantenerse hasta lograr la elección del fiscal general y el adjunto y adelantó que el miércoles girará nuevas instrucciones por medio de cadena nacional.
La bancada de Libre, que presentó la candidatura de Johel Zelaya a fiscal general y Marcio Cabañas como fiscal adjunto, contó con 52 votos, mientras la oposición presentó a Marcio Cabañas como fiscal general y Jenny Almendares como adjunta reunió 70 votos.
En total hay tres de los cinco postulados por la Junta Proponente, quedando todavía sin ser propuestos Mario Morazán y Pablo Reyes, que son los que puedan salir si los dos bloques mayoritarios se ponen de acuerdo.
Todo el proceso ocurre mientras la capital se encuentra semiparalizada, ya que la movilización de miles de personas del interior así como de la ciudad provocó una parálisis en la circulación vehicular y miles de negocios cerraron sus locales para evitar ataques.