Tegucigalpa, Honduras.
La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) expresó este miércoles su preocupación por la » crisis política» en el Parlamento ante la elección del nuevo fiscal general del Estado y pidió que se constituya «un diálogo sincero» para buscar una solución.
Los obispos están «preocupados por la crisis política que existe en el país, reflejada en la parálisis legislativa provocada por el enfrentamiento de los partidos políticos incapaces de ponerse de acuerdo en la designación de un fiscal general y un fiscal general adjunto», indicó la CEH en un comunicado.
La Comisión Permanente del Parlamento de Honduras, conformada por 9 personas, designó el 1 de noviembre de forma unánime a Johel Zelaya como fiscal general y a Mario Morazán como fiscal adjunto, ambos de manera interina.
Los dos nuevos fiscales debieron haber asumido el pasado 1 de septiembre, pero no fue posible por la falta de consenso entre las principales fuerzas políticas del Parlamento, en el que el gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre) solo cuenta con 52 votos de los 86 que se requieren como mayoría calificada.
La elección de los nuevos jefes del Ministerio Público (Fiscalía) ha dejado enfrentamientos entre simpatizantes del gobernante Libre y del Bloque de Oposición Ciudadana de Honduras, compuesto por las principales fuerzas opositoras, los partidos Nacional, Liberal y Salvador de Honduras, que juntos suman 72 de 128 diputados.
La CEH señaló que en las elecciones generales de noviembre de 2021, la población salió a ejercer el sufragio «con ilusión de construir una Honduras nueva».
Sin embargo, añade la CEH, «estamos viendo el regreso de los males de antaño con el atropello de la ley y de las instituciones», y lamentó que «los políticos y quienes no gobiernan siguen repitiendo el pasado, impidiendo que se consolide la democracia en nuestro país».
Ante la «delicada» situación que vive Honduras, los obispos señalaron que confían en que «el diálogo sincero, los consensos y el amor por Honduras prevalezcan en todo el actuar de las instituciones del Estado, buscando con ello el bienestar general y el progreso social de todos».
En opinión de los obispos, «el uso de la violencia y la coerción, la división y la compra de voluntades no son el camino del progreso y la justicia, sino que siempre estarán llevando al país hacia el fracaso y el deterioro institucional».
«Los hondureños queremos vivir en paz, en armonía en un país de oportunidades, y para lograr estos anhelos, debemos orientar nuestros esfuerzos hacia la consecución de los objetivos primordiales, los cuales sólo podrán materializarse a través del diálogo y del consenso», enfatizó la Conferencia Episcopal.
Los políticos deben «actuar con transparencia y llenarse de sabiduría, de honestidad y de civismo», destacó la CEH, que pidió la intercesión de la virgen de Suyapa, la patrona de Honduras. EFE