Donald Trump, recibió al presidente salvadoreño Nayib Bukele en la Casa Blanca, donde alabó su lucha contra el crimen y destacó la “mejor relación” entre ambos. Bukele, el primer líder latinoamericano recibido en la sede presidencial en el segundo mandato de Trump, afirmó que EE.UU. enfrenta “un problema con el crimen y el terrorismo” y ofreció la ayuda de El Salvador, diciendo: “Sabemos que tienen un problema con el crimen, un problema de terrorismo, y que necesitan ayuda. Somos un país pequeño, pero si podemos ayudar, lo haremos”. También presumió que su país pasó de ser la capital mundial del asesinato a el más seguro de Latinoamérica.
La reunión se centró en acuerdos migratorios, incluyendo el uso del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) para retener migrantes deportados de EE.UU., a cambio de hasta seis millones de dólares anuales. Trump defendió esta alianza, mientras Bukele rechazó liberar a personas como Kilmer Armando Abrego García, deportado al Cecot, insistiendo: “Yo no libero terroristas en mi país”. La secretaría de Seguridad Nacional, Kristi Noem, respaldó el acuerdo como una medida para imponer consecuencias legales. A pesar de la cooperación, Trump impuso un arancel del 10% a El Salvador, generando tensiones en esta relación enfocada en seguridad.