Los hoteles Roosevelt y Stewart de Nueva York, utilizados como albergues para migrantes durante la crisis migratoria, despedirán en junio a la mayoría de su plantilla. El Roosevelt prescindirá de 96 de sus 103 empleados y el Stewart de sus 99 trabajadores, según notificaciones oficiales. Estos emblemáticos establecimientos, que alojaron a miles de solicitantes de asilo desde 2022, fueron investigados por la administración Trump, que los citó como ejemplo de migrantes en «hoteles de lujo» financiados con dinero público.
La medida marca el fin de un programa de emergencia implementado cuando más de 232,000 migrantes saturaron el sistema de acogida neoyorquino. El alcalde Eric Adams ordenó el cierre progresivo de estos refugios tras la reducción del flujo migratorio y el recorte de 80 millones en fondos federales. La administración Trump investigó ambos hoteles alegando posibles vínculos de algunos migrantes con el Tren de Aragua, una banda criminal venezolana, aunque no presentó pruebas concluyentes.