
Miles de personas huyeron el miércoles de Jartum, la capital de Sudán, donde según testigos yacían cadáveres en las calles, en el quinto día de combates entre el ejército y los paramilitares.
Los enfrentamientos en Jartum y en otras partes de la nación han dejado más de 270 civiles muertos, según un balance “provisional” de quince embajadas occidentales.
Los gobiernos extranjeros empezaron a planear la evacuación de miles de expatriados, incluidos funcionarios de la ONU.
Diplomáticos extranjeros han sido atacados y Naciones Unidas denunció “saqueos, ataques y violencia sexual contra cooperantes”.
El ministro de Defensa de Chad, el país vecino, informó que 320 militares sudaneses cruzaron incluso la frontera el domingo para huir de los encarnizados choques.
“Son 320 elementos del ejército sudanés, gendarmes, policías y militares, que temen ser asesinados por las Fuerzas de Apoyo Rápido que se entregaron a nuestras fuerzas”, aseguró el general Daoud Yaya Brahim a AFP.
Los combates estallaron el sábado entre las fuerzas de dos generales que tomaron el poder en un golpe de Estado en 2021: el jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y su entonces número dos Mohamed Hamdan Daglo, comandante del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Los dos militares se oponen sobre los planes de integrar las FAR al ejército regular, una condición clave del acuerdo final para retomar la transición democrática en el país.
Miles de personas comenzaron a huir de la capital sudanesa, de cinco millones de habitantes. Algunos iban en vehículos, otros a pie, incluidos mujeres y niños.
Las calles estaban llenas de cadáveres con un fuerte olor a descomposición, dijeron testimonios.
“La vida en Jartum es imposible si no se detiene esta guerra”, dijo a AFP Alawya al-Tayeb, de 33 años, mientras huía de la capital.
“Hice hasta lo imposible para que mis hijos no vieran los cadáveres en las calles”, añadió.
Los civiles que permanecen en sus casas están cada vez más desesperados ante la escasez de alimentos, los apagones y la falta de agua potable. Algunos de ellos se han visto obligados a salir en busca de comida y suministros cuando baja la intensidad de los combates.