El expresidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que durante un supuesto ataque armado en el Trópico de Cochabamba, ni él ni sus acompañantes estaban armados, a pesar de haber admitido previamente haber disparado a la llanta de un vehículo que lo perseguía. En un comunicado en redes sociales, Morales rechazó las acusaciones del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien lo señaló de haber herido a un policía durante un control antidrogas. “Tardaron 30 horas para montar una mentira. La dictadura de la mentira quiere convertir a la víctima en victimario”, sostuvo Morales.
La situación se complica con la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía sobre el ataque a los efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), en el que se le imputa a Morales y sus simpatizantes. Esto ha generado al menos cuatro cargos penales en su contra, incluyendo asesinato en grado de tentativa y lesiones. En medio de estas tensiones, los seguidores de Morales han mantenido bloqueadas las carreteras en el centro del país en defensa del exmandatario, quien enfrenta posibles órdenes de captura por investigaciones relacionadas con trata de personas.