
El papa Francisco, de 88 años, ha logrado superar una complicada neumonía bilateral que lo mantuvo hospitalizado durante casi 40 días en el Policlínico Gemelli de Roma, donde enfrentó «dos episodios críticos que pusieron en peligro su vida», según revelaron los médicos que lo atendieron. Este sábado, el doctor Sergio Alfieri, jefe del equipo médico, anunció que el pontífice será dado de alta este domingo, tras una recuperación estable durante las últimas dos semanas. Sin embargo, Francisco continuará en convalecencia en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, durante al menos dos meses, donde recibirá terapia respiratoria y motora para fortalecer su salud.
El papa, quien ingresó el pasado 14 de febrero por problemas respiratorios derivados de una bronquitis y una neumonía bilateral, nunca perdió el buen humor a pesar de los momentos críticos. «Aun estoy vivo», le dijo Francisco a su médico tras superar uno de los episodios más difíciles. Aunque la neumonía ha sido superada, los médicos advierten que la recuperación completa de las infecciones microbianas llevará tiempo. Mañana, el pontífice se asomará a la ventana del hospital para saludar a los fieles tras el rezo del Ángelus, marcando su esperada reaparición pública, aunque no se espera que pronuncie un discurso. La noticia de su alta ha sido recibida con alivio por la comunidad católica mundial, que ha seguido de cerca su estado de salud.