El huracán Helene ha causado ya más de 60 muertes en cinco estados del sureste de Estados Unidos, incluyendo Carolina del Norte, donde el Gobierno ha declarado un «gran desastre» para acelerar las labores de asistencia. El último recuento indica 24 víctimas en Carolina del Sur, 17 en Georgia, 11 en Florida, 11 en Carolina del Norte y una en Virginia.
Helene, que tocó tierra el jueves como un huracán de categoría 4, ha dejado un rastro de destrucción a medida que avanza hacia el norte, con lluvias torrenciales y vientos huracanados. En Carolina del Norte, la localidad de Asheville se ha visto especialmente afectada, con casas destrozadas y calles inundadas. El gobernador Roy Cooper ha informado que las fuertes lluvias provocaron deslizamientos de tierra, que arrasaron carreteras y destruyeron infraestructuras. Aún hay 280 carreteras cerradas, complicando los trabajos de rescate, y alrededor de 1,000 personas se encuentran en refugios. La situación es crítica en Tennessee, donde más de 70 personas están desaparecidas. Aunque Helene se ha degradado a ciclón postropical, su impacto sigue sintiéndose, y la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) coordina esfuerzos de rescate en las comunidades afectadas.