El FC Girondins de Burdeos, un club con una rica historia en el fútbol francés, ha anunciado su descenso a la Tercera división tras aceptar la decisión de la Dirección Nacional de Control de la Gestión (DNCG). La entidad bordelesa, que en su época dorada ganó seis Ligas Francesas y llegó a la final de la Copa de la UEFA en 1996, se enfrenta ahora a una dura realidad financiera. La imposibilidad de cubrir los 40 millones de euros necesarios para apelar la sanción ha llevado al club a declararse en quiebra, renunciando a su estatus profesional obtenido desde 1937. Esta medida implica la disolución automática de los contratos de jugadores y personal técnico, así como la pérdida de la homologación de su centro de entrenamiento.
El comunicado oficial del Girondins señala que, ante la cercanía del inicio de la temporada en la National 1 (Tercera división), el club ha optado por desistir de mantener su estatus profesional para evitar sanciones adicionales. El procedimiento colectivo de reestructuración que se avecina también afectará a los jóvenes talentos en su cantera, que ahora quedan libres. Aunque el club buscará promocionar equipos juveniles y tiene la intención de regresar al más alto nivel con finanzas saneadas, el futuro inmediato es incierto. La situación refleja un drástico cambio en la fortuna de un histórico del fútbol francés que ahora enfrenta el desafío de reconstruirse desde lo más bajo.