La administración Trump confirmó el cese del apoyo financiero estadounidense a GAVI, la alianza global que provee vacunas esenciales a niños en países en desarrollo, según documentos internos de USAID obtenidos por The New York Times. La decisión, que afecta a uno de los programas de salud global más efectivos —con 19 millones de vidas salvadas desde 2000—, elimina el 13% del presupuesto de la organización y pone en riesgo campañas contra el sarampión, polio y rubeola en más de 60 países.
Autoridades sanitarias globales reaccionaron con alarma: el ministro de Salud de Sierra Leona, Austin Demby, calificó la medida como «una amenaza a la seguridad sanitaria mundial», especialmente crítico para su país, que actualmente enfrenta un brote de mpox con apoyo de GAVI. Tedros Adhanom, director de la OMS, advirtió que el recorte compromete una red de 700 laboratorios financiados por EE.UU. y podría revertir décadas de progreso, incluida la prevención de 80 millones de muertes por tuberculosis. Pese a los recortes, EE.UU. mantendrá ayuda contra VIH y emergencias alimentarias.