El sur de Cuba fue sacudido este domingo por dos potentes terremotos, uno de magnitud 5.9 y otro de 6.8, ambos localizados cerca de la costa de Bartolomé Masó, en la provincia de Granma. Afortunadamente, no se reportaron víctimas ni daños materiales, y no se emitió alerta de tsunami. La zona ya venía siendo afectada por intensas lluvias y tormentas, y se encontraba en proceso de recuperación por el devastador paso del huracán Rafael, que había provocado un apagón masivo. La crisis humanitaria que atraviesa el país se ve agravada por los apagones prolongados, la escasez de productos básicos y la creciente represión contra las protestas populares.
A pesar del impacto sísmico, las autoridades cubanas no han registrado daños graves. Sin embargo, la situación en Cuba es cada vez más crítica, con una economía colapsada, altos niveles de inflación y una creciente ola migratoria. La represión del régimen se intensifica, con decenas de detenciones tras las protestas originadas por los cortes de electricidad. En medio de esta crisis, el pueblo cubano sigue enfrentando las consecuencias de políticas económicas fallidas y la falta de libertades fundamentales.