En un movimiento que ha generado fuertes críticas, dos albergues de migrantes en Arizona, incluido Casa Alitas, uno de los centros de asistencia más importantes de la región, cerraron sus puertas debido a los recortes de fondos ordenados por el presidente de EE. UU., Donald Trump. Esta decisión afecta a miles de solicitantes de asilo que dependían de estos centros para obtener alojamiento temporal y transporte tras ser liberados por la Patrulla Fronteriza.
Kat Rodríguez, activista y extrabajadora de Casa Alitas, lamentó profundamente el cierre, señalando que es una pérdida significativa para la comunidad. Según Rodríguez, este cierre refleja una falta de compasión hacia los migrantes y un giro hacia intereses políticos que han comprometido la ayuda humanitaria en la frontera. La eliminación de estos servicios pone en riesgo a muchos migrantes, que ahora enfrentan incertidumbre sin la asistencia que antes recibían.