UN CONFLICTO INNECESARIO

La manera obstinada como la ministra de Defensa, Rixi Moncada, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las FFAA, Roosevelt Hernández, plantean su decisión de construir una megacárcel en la zona de Mocorón, en el territorio misquito hondureño, es una forma evidente de encender un conflicto con una etnia caracterizada por sus tradiciones religiosas y sus arraigadas costumbres, que no son muy conocidas por el resto de la comunidad nacional. Los misquitos rechazan de manera inclaudicable una instalación militar en su territorio, que por varios siglos han ocupado y consideran suyo, aunque jurídicamente es parte del territorio nacional, conforme la Constitución de la República. Sin embargo, para defenderlo, los misquitos se aferran a sus tradiciones que no responden a las costumbres ni a los usos legales del resto de la población.

La reacción de la comunidad misquita, ante los anuncios persistentes de Rixi Moncada y Roosevelt Hernández, es determinante: no a la megacárcel, plantándose en posición de guerra, como se les puede observar en los mensajes que lanzan, en actitud desafiante a la ministra Rixi Moncada y al Gral. Roosevelt Hernández. Estamos ante el surgimiento de una confrontación, un conflicto que cada vez se hace más grande en la medida que Rixi Moncada y Roosevelt Hernández reafirman que la construcción de la megacárcel va y nada la detiene. Los misquitos agrupados, blandiendo machetes viejos, rechazan la cárcel y retan al gobierno y a los militares a que se atrevan a comenzar esta obra que para ellos es indeseable como innecesaria.

Este es el último conflicto que nos faltaba, en medio de tantos problemas que el gobierno no afronta con decisión, porque su voluntad gira hacia otros lados, mientras parece obstinado en profundizar una guerra interna con los misquitos, agravando el clima emocional que Honduras está viviendo, por la polarización atizada por el gobierno y el partido gobernante. Esto debe preocuparnos a los hondureños, porque un conflicto innecesario como el que genera el desafío que se hacen entre el gobierno y los misquitos, solo sirve para quebrantar más la frágil armonía que hace que los hondureños vivamos en un clima de incertidumbre.

Ya no se trata solo de construir una megacárcel, que no es indispensable hacerla en La Mosquitia, porque en el sector de Cofradía, departamento de Cortés, hay una instalación carcelaria que comenzó a construirse por iniciativa del sacerdote Rómulo Emiliani, que se quedó a medio hacer y que el gobierno podría retomarla como bien del Estado para dotar al sistema penitenciario de una prisión de grandes dimensiones que equivalen a una megacárcel. Entonces ¿por qué tanto interés de la ministra Rixi Moncada y el Gral. Roosevelt Hernández en trabarse en un conflicto con la etnia misquita, sabiendo que este conglomerado étnico hondureño no renunciará a ceder su territorio para construir una megacárcel?

Hay decisiones y voluntades del gobierno que la sociedad no alcanza a comprender, si no es llegando a la deducción de que el gobierno vive de los conflictos y los que no hay los inventa y los crea para mantenernos entretenidos a los demás sectores, para que descuidemos los deberes elementales para lograr la subsistencia en tiempos de crisis económica, que cada vez es más grande y prolongada por el desempleo, la falta de inversiones causada por ciertas medidas del gobierno que no ofrecen más que perspectivas negativas.

El conflicto provocado por el gobierno a través de la obstinada actitud de Rixi Moncada y Roosevelt Hernández, de alinear en su contra a las comunidades misquitas, no permite vislumbrar la tranquilidad social y el sosiego que requiere Honduras para lograr una convivencia en paz y armonía en pro del bienestar, siendo que la inestabilidad y los problemas innecesarios como el de La Mosquitia, solo sirven para multiplicar otros problemas y hacer que surjan otros conflictos que luego se convierten en la causa de otros, haciendo cada vez que la situación y las cosas se compliquen más.

Lo malo para la ministra Rixi Moncada y que parece no entender, es que en esta confrontación con los misquitos la que lleva las de perder es ella, porque mostrándose como una candidata presidencial muy proclive a fomentar los conflictos, le hace perder las pocas simpatías que pudiera tener en algunos sectores del país. Porque nada es más detestable en un político que su inclinación al abuso constante del poder, en contra de los sectores más débiles del país.

Aunque, es bueno aclarar que, aunque los misquitos parezcan personas endebles cuando blanden sus machetes, lo que pesa en ellos es su valor inconmensurable que no los achica ante los políticos golilleros y los militares bravucones.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 9 de enero de 2025.