Hace muchos años cuando no existía una sociedad civil organizada, no era fácil detectar los malos manejos de los dineros públicos por parte de los funcionarios de gobierno. El papel fiscalizador lo jugaban los medios de comunicación y los periodistas que asumíamos una función escrutadora, y muchas veces eran informantes particulares los que nos proporcionaban a los periodistas las pruebas de ciertas transacciones y operaciones irregulares que hacían funcionarios deshonestos. El «Bananagate», el «Valentinazo», los saqueos en la CONADI, las malas operaciones en Cementos de Honduras fueron algunos de los casos que hubieran quedado fuera del conocimiento público, en total impunidad, de no ser porque las fuentes serias que nos proporcionaron los indicios de los malos manejos actuaron como verdaderos investigadores para que, desde la radio hiciéramos las denuncias. No existían entonces los adelantos tecnológicos y el Estado estaba poco organizado en materia de investigación.
Hoy, organizaciones como ASJ y CNA se meten a profundidad a contarle las costillas a los funcionarios públicos, de manera que nada que haga mal el gobierno se queda escondido. El CNA ha destapado este día una sarta de operaciones fraudulentas que son típicas en el campo de la malversación de los dineros del Estado, imputadas a cuatro funcionarios de primer nivel del gobierno del PLR. El manejo malversado es de tal cuantía millonaria que amerita de inmediato la intervención del Ministerio Público, una magnífica oportunidad para que el fiscal general Johel Zelaya se luzca en sus propósitos de hacer justicia.
Explicadas este día por uno de los abogados del CNA, las operaciones imputables a cuatro altos funcionarios del gobierno son reparables y sujetas de deducción de responsabilidades. No hay forma de justificar los malos manejos, porque, aunque se diga que los recursos no fueron saqueados sino destinados a otros fines, las reglas administrativas prohíben los desvíos de los dineros públicos hacia otras actividades del gobierno que no responden al bienestar de los ciudadanos. Ni el idiota más rápido del mundo, ni el mejor ordenador del universo tienen posibilidad de equivocarse para usar recursos que están destinados a atender prioridades, en gastos de publicidad.
La denuncia presentada por el CNA pareciera ser irrebatible, por lo pronto no se ha escuchado defensa alguna por los sectores del Gobierno del PLR, como si la respuesta del ninguneo sea el arma que ha escogido el sector oficial para aplacar con el silencio los latigazos de la denuncia, pero no siempre funciona el arte del avestruz de esconder la cabeza, porque mientras se deja todo el trasero expuesto al aire libre, la opinión pública se encarga de hacer el resto para que la cosa no quede en el olvido.
La denuncia del CNA es un pinchazo en el trasero al aire libre que dejan los funcionarios del Gobierno del PLR, creyendo que llamándose al silencio es la mejor forma de aguantar el chaparrón de la denuncia, porque estando en un año electoral todo acto de corrupción es una herida imposible de sanar en los cortos meses que le quedan al evento, donde los ciudadanos tienen en el voto el arma para cobrarse las afrentas y los danos que le infieren los gobernantes.
El Gobierno del PLR lleva ya tres años corriendo libremente por la pradera de las irregularidades, confiando que, como tiene bajo su control los hilos del poder, no hay por qué aflojarse ni afligirse por manejar los recursos públicos a su antojo. Pero, tanto va el cántaro el río… que al final el pueblo no lo soporta, especialmente porque el tufo de la corrupción en el gobierno hiede por los cuatro costados, y cuando una organización de sociedad civil como el CNA lo descubre y lo expone en forma descarnada, igual que como lo hiciera con los gobiernos nacionalistas, hoy se mantiene firme con los funcionarios del Gobierno del PLR. Como lo dijera recientemente la embajadora de EEUU, Laura Dogu, el problema de Honduras es la corrupción, que hace que los dineros del Estado se evaporen.
Salvo que los funcionarios del PLR crean que el gobierno es un manicomio, donde basta hacerse los locos a partir de ahora, para eludir el sojuzgamiento cuando les descubran malos manejos de los dineros del Estado, queda el Ministerio Público, a cargo del fiscal general Johel Zelaya, al que se le brinda en bandeja de plata la grandiosa oportunidad de aplicar la justicia al grupo de malversadores del Gobierno del PLR, que quedaron al descubierto en sus fechorías por la denuncia del CNA.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 22 de enero de 2025.