TRUMP PROVOCA ALARMA MUNDIAL

La llegada de Donald Trump para un segundo ejercicio de la presidencia en EEUU, provoca alarmas en casi todo el mundo. Incluso, en muchos países los diferentes anuncios formulados por Trump provocan ansiedad, especialmente aquellos que van dirigidos a provocar cambios radicales que afectaran de una u otra manera. Para el caso, lo que pareciera ser una broma al pronosticar la adhesión de Canadá como el estado 51 de la unión americana, puede ser un objetivo de Trump, con el que obligue a Canadá de manera indirecta a convertirse en una especie de estado asociado, ante la dependencia que tienen los canadienses de EEUU, como se lo confesó el primer ministro Trudeau, al confesarle a Trump que Canadá no soportará aranceles de un 25% a sus exportaciones.

La recuperación del Canal de Panamá no es un bufonada de Trump, el trasfondo de su pretensión va en serio, porque Trump reclama con un argumento valedero, que si EEUU construyó la obra no es posible que Panamá los trate como un cliente común, aplicándole peajes altos a sus operaciones comerciales en el Canal. La reacción de los panameños es justificada pero bastante impráctica, porque EEUU tiene la forma de bloquear el uso del Canal, mermando el tráfico de manera sustancial, dejando al Canal con un flujo reducido que lo llevaría a operar en rojo.

El mensaje de cambiarle el nombre al Golfo de México no pareciera ser un sombrerazo, con el que buscaría sacudirle el polvo al vestido de la nueva presidente mexicana. Dejar de llamarlo Golfo de México para sustituirlo con el nombre de Golfo de América, lleva implícito el aumento de aranceles a las exportaciones mexicanas que tienen su mercado fundamental en las diferentes ciudades de EEUU. Trump lanza la advertencia de llamar Golfo de América al Golfo de México, como una estrategia para obligar al gobierno mexicano a una negociación en la que EEUU tiene mucho poder para llevar las de ganar, considerando que sin el mercado estadounidense, las exportaciones mexicanas se irán a pique, así de sencillo lo han digerido los especialistas que estudian los efectos de la medida anunciada por Trump.

Trump tiene en las deportaciones masivas de inmigrantes, el arma más poderosa para imponer a EEUU como el país que tiene todo el poder para dictar las reglas del juego. No hubo antes un presidente estadounidense con este ímpetu tan prepotente del que hace gala Trump, porque entonces no hubo un presidente con el talante tan lleno de irreverencia como el de Donald Trump, que cree tener todas las condiciones a su favor para convertir a Canadá en otro Estado de EEUU, para hacerse de Groenlandia la isla más grande y más helada, para cambiarle el nombre al Golfo de México, y para recuperar el control del Canal de Panamá. Pero, además, cree que puede acabar con las organizaciones criminales del narcotráfico al tipificarlas como organizaciones terroristas. Colocar como secretario de Estado al senador Marco Rubio, es apenas la punta del iceberg de la diplomacia «trumpista» que promete ser de «mano dura». 

De todos estos anuncios, hay dos que entran en el ámbito de preocupación para ciertos sectores de nuestro país. En términos generales nos debe preocupar sobremanera las deportaciones masivas, en las que más de 260 mil hondureños pueden estar enlistados por el sistema de inmigración de EEUU para correr el infortunio de ser deportados. Y hasta ahora, nuestro gobierno y demás autoridades en general no tienen un plan de contingencias para paliar las dificultades que afrontarán todos estos compatriotas que, al reintegrarse en Honduras, ameritan un apoyo para reinsertarse en el mercado laboral, para sostenerse ellos y sus respectivas familias. Como si lo están haciendo las autoridades mexicanas, creando una amplia red de apoyo a sus deportados, para suavizar el impacto negativo de abandonar el nuevo hábitat que tenían en EEUU y regresar a su país de origen, algunos, solo con lo que llevan puesto.

El gobierno hondureño debe organizar comités de recepción que brinde facilidades a los compatriotas deportados, que en su mayoría son personas de buena conducta, que emigraron para buscar las oportunidades que no tenían en nuestro país, y que desempeñaban tareas útiles en EEUU, pero que al no poder documentarse forman parte de la inmensa nube de deportados que anuncia el gobierno de Trump.

Este hecho debe provocar preocupación en los hondureños, aunque son las autoridades las que tienen la obligación primordial de organizar una red de apoyo para estos compatriotas, para que al retornar a Honduras no se sientan ni derrotados por un sistema inmigratorio que protege su territorio, ni humillados por el gobierno hondureño, al darles la espalda, lo cual sería un mensaje cruel de nuestras autoridades. El principio de que nadie es profeta en su tierra, no lo pudieron hacer realidad todos estos hondureños que serán deportados. Lo procedente es que el gobierno forme comités de recepción, en varios puntos del país, que puedan detectar oportunidades en las empresas e industrias, para estos hondureños que en su mayoría tuvieron la oportunidad de laborar en varios sectores donde cultivaron habilidades, que hoy les pueden servir a muchas de nuestras empresas. Para todos estos hondureños deportados, ¡Honduras sigue siendo su Patria querida!

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 16 de enero de 2025.