Tegucigalpa, la imbricada capital de Honduras está convertida este fin de semana en la capital del populismo más desnaturalizado y vulgar que es el que se acobija en el Foro de Sao Paolo, donde se ha ubicado la recua de dictadores y líderes marxistas más desprestigiados de Suramérica como Nicolás Maduro con el chavismo, Gustavo Petro de Colombia, la desprestigiada Cristina Kirchner y los descendientes del Castrismo de Cuba. Pero, lo más granado de este foro del populismo no le concedió importancia al evento montado por el líder del Partido LIBRE, Mel Zelaya. Llegaron personajes desteñidos, que usted ni siquiera los conoce si se los mencionamos. Maduro, el más conspicuo de esta barbarie humana, envió un mensaje de mentirilla, porque lo suyo está en montar el fraude para poder enfrentar la enorme ventaja que le lleva la oposición venezolana que está a punto de desbancarlo del poder.
De manera que como lo anticipamos, este evento del Foro Paulista no tendrá mayores incidencias en el resto de nuestro país, porque los hondureños están tratando de resolver los problemas en que nos ha metido el gobierno, y sitiados como estamos por los eventos naturales, con alerta roja por las tormentas que han saturado los suelos y el pronóstico de aguaceros para el fin de semana, más el anuncio del Centro de Huracanes de Miami de una tormenta tropical que nos afectará en cuestión de dos o tres días, la población de Tegucigalpa, como dice la juventud, no le ha parado bola al tal Foro de Sao Paolo. Y sobre todo porque los hondureños están bastante informados acerca de los propósitos que persiguen los organizadores de este evento politiquero, que no le aportará una pizca de beneficio a la población hondureña.
Los hondureños deben saber que el populismo, a través de eventos como el Foro Sao Paolo, solo sirve para corromper todos los ámbitos de la acción política, no solamente por la retórica que usan en sus discursos los lideres populistas, sino porque los expertos de la política han demostrado que los populistas abusan de la demagogia como estrategia, que es el arte de los politiqueros del montón. Los populistas ofenden la inteligencia del más común de los ciudadanos, cuando engañan con promesas que saben que no les conviene cumplir o que no están dispuestos a cumplir, como la instalación de la CICIH, que a LIBRE no le conviene por ningún punto hacerla realidad, porque hacerlo sería ponerse la soga al cuello.
El populismo es practicado por los mismos organismos internacionales, como la ONU, que, amparada en los deberes de la diplomacia, se ha convertido en un gigante protector de las maldades del populismo. Al Gobierno de Libre, la ONU le ha brindado su capa protectora al avalar la mentira de extender una y otra vez los acuerdos para instalar la CICIH, cuando se sabe que no le puede avalar una comisión de esa naturaleza a un gobierno que ha violado la Constitución, y mucho menos cuando la naturaleza del Congreso Nacional sigue encharcada en un estado de usurpación del diputado Luis Redondo que detenta la presidencia del parlamento hondureño.
Quisiéramos que el pueblo hondureño entienda el actual momento que vivimos: cuando las dificultades económicas afectan a la mayor parte de la población hondureña, cuando el desempleo se ha extendido por el cierre de empresas, cuando la situación de salud de la población se ha agravado por las pestes epidémicas que han quedado como secuela de la pandemia del COVID-19, los hondureños no están para seguir escuchando mentiras de los politiqueros del gobierno, y cuando la situación de violencia ha explotado en nuestros barrios y ciudades, sin que haya una política de seguridad que responda de manera eficaz para frenar a los grupos antisociales, entonces, lo que surge es el miedo en los hondureños, miedo al futuro con la consiguiente frustración de los ciudadanos.
¿Cómo puede negar el gobierno la crisis profunda que vive el pueblo hondureño? ¿Cómo puede abogar el gobierno por otros y ser solidario con los problemas de otros países, mientras no atiende los problemas fundamentales de los hondureños? Esto es absurdo, esto es ser candil de la calle y oscuridad de la casa. En eso radica la contradicción del populismo, los líderes populistas se acrecientan al identificarse con otros países, pero olvidándose de los problemas de su pueblo al que terminan relegando a un segundo plano por atender a sus camaradas, como lo estamos viendo en el circo político del Foro Sao Paolo en Tegucigalpa.
Hoy Tegucigalpa está muy bien decorada con los slogans de la ideología de izquierda, la élite de LIBRE ha estado de fiesta disfrutando los banquetes ofrecidos por el protocolo del gobierno, sufragados con dinero del erario público que se nutre de los impuestos que pagamos los contribuyentes. El resto de los hondureños estamos viviendo las consecuencias de la ineptitud del populismo triunfante, a través del gobierno de Xiomara Castro, que está más dedicado a perpetuarse en el poder, arruinando progresivamente al país, para igualar a los hondureños en la ignorancia y en la pobreza.
Mientras el Gobierno de LIBRE pretende fortalecerse en la esperanza falaz de instalar la CICIH, una promesa que sabe que no puede ni debe cumplir, pero que conoce en forma malévola que le justifica ante los sectores de más bajo nivel educativo y en mayor estado de pobreza, porque, como aconsejó Fidel Castro y lo repite López Obrador, son los más pobres los que votan por los populistas.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 28 de junio de 2024.