Ninguna elección en Estados Unidos ha creado tantas expectativas e inquietudes en el mundo como la que se celebra este día entre los candidatos Donald Trump y Kamala Harris. Tanto interesan a las potencias rivales China y Rusia, como al núcleo de países europeos (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España), como a los países asiáticos, árabes y al resto del mundo, porque cada uno de estos países, en su relativo tamaño, tiene su dependencia de EEUU. Incluso, en aquellas naciones que adversan a EEUU, como Irán y Corea del Norte, los gobernantes tienen su predilección, y en este caso todos esos países de corte ideológico contrario a EEUU, el candidato idóneo para sus planes es Donald Trump.
En Latinoamérica, la situación es distinta. México, por su tradición y ahora regido por una presidente socialista, prefiere jugar del lado del bloque de países que adversan a EEUU; gane quien gane, Trump o Kamala, los mexicanos se ubicarán en los próximos cinco años en el bloque donde están Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Rusia, Irán y Corea del Norte, un caso extraño, porque México recibe remesas de unos 20 millones de mexicanos que viven diseminados en EEUU. La mayoría de inmigrantes latinos le apuesta a Donald Trump, no obstante, que el expresidente republicano es un obstinado antiinmigrante, y parte de su campana la ha basado prometiendo deportar a millones de inmigrantes indocumentados.
En el caso de Honduras, se calcula que hay más de un millón y medio de compatriotas que radican, una minoría en condiciones estables mientras una buena cantidad de hondureños, si bien todavía indocumentados, trabajan en diversos rubros, con capacidad de generar remesas para sus familiares. Sin embargo, en Honduras no debe haber mayor inquietud de quien gane la elección este día, porque tanto Trump como Kamala no se apartarán de la línea diplomática establecida por EEUU para nuestro país. Los que se crispan los nervios cuando se dice que Trump es un enemigo de los inmigrantes y por ende de los hondureños, tienen mal dibujado el concepto. En realidad, los últimos gobernantes del Partido Demócrata, Bill Clinton, Barack Obama y Joe Biden, son los que más hondureños han deportado, de acuerdo a las cifras oficiales que brindan ambos países. Entre estos tres expresidentes demócratas, en el gobierno de Obama es cuando hubo deportaciones altísimas de hondureños. Los republicanos han sido, por así decirlo, más clementes, quizás porque entienden mejor que la mano de obra hondureña es muy útil en las labores de la agricultura y tareas de construcción como albañilería y carpintería de techos de viviendas.
Entonces, no hay porque tirarse de los cabellos si llegara a ganar Trump, porque no habrá más deportaciones que las normales, de acuerdo a las cifras estadísticas. En materia política respecto a Honduras, la atención de un nuevo gobierno de Trump será la misma que la observada por Biden y también la que pudiera asumir Kamala Harris si gana. Somos un país de pequeña importancia para EEUU, que centra su capital interés en que los gobernantes hondureños respeten los capitales de los inversionistas estadounidenses. Trump, igual que Kamala Harris y los presidentes anteriores, continuarán enfocados en China, en los demás países asiáticos y un poco menos en Rusia.
De allí que, el resultado de la elección en EEUU no nos debe preocupar mucho a los hondureños, porque la línea diplomática que emana del cuarto piso del Departamento de Estado está escrita. EEUU ya la expresó a la candidata del PLR, Rixi Moncada, que si gana las próximas elecciones en forma democrática, no tienen inconveniente en trabajar con su gobierno, aunque el PLR ha demostrado querer estar distanciado de EEUU y más afectivo con China, Rusia, Venezuela y Cuba.
Para los hondureños que ven un ogro en Donald Trump, les recordamos que en la gestión del expresidente republicano hubo un buen acercamiento con el gobierno de JOH, especialmente en el combate al narcotráfico y crimen organizado. Joe Biden ha querido apoyar al Gobierno de Xiomara Castro enviando numerosas comisiones, mismas que han sido rechazadas por la gobernante del PLR, mientras ha tejido lazos con China que no nos han dejado ningún beneficio hasta ahora.
Despejemos las dudas y temores, si gana Donald Trump no habrá más deportaciones de hondureños que las que hizo Barack Obama, y si gana Kamala Harris, tampoco será el fin del mundo para nuestros compatriotas en EEUU. Todos los enfoques que se hacen en Honduras sobre quién pudiera ser el ganador de las elecciones en USA, giran alrededor de las deportaciones, pero poco se habla del espinoso asunto del combate al narcotráfico y crimen organizado, en lo que hay mucha tela que cortar, sobre todo en los escenarios de las cortes de Nueva York, donde hay un juicio crucial que implica al sector gobernante de Honduras. Y allí, nada tendrá que ver el nuevo presidente o presidenta de EEUU.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 5 de noviembre de 2024.