
Quienes asesoran a la Presidente Xiomara Castro no tienen el cuidado o no saben cómo aconsejar a la gobernante, para que no incurra en hacer afirmaciones que la exponen muy mal, porque hay cosas que no se pueden decir ni en broma, mucho menos externarlas creyendo que son ligerezas empleadas para impresionar o para intimidar. Advertirle a los críticos del gobierno que tengan cuidado con lo que dicen, que ante cualquier calumnia e infamia tendrán encima al Ministerio Público, es zarandear la imagen de esta institución, que para comenzar no es una dependencia que está sujeta a las órdenes del Poder Ejecutivo, y que de acuerdo al artículo 232 de la Constitución de la República, es el organismo profesional especializado, responsable de la representación, defensa y protección de los intereses de la sociedad, independiente funcionalmente de los poderes del Estado y libre de toda injerencia política sectaria. Además que goza de autonomía administrativa técnica, financiera y presupuestaria.
El Ministerio Público no es un cuerpo policial, tampoco es un tribunal, ni un organismo que pueda usar el Poder Ejecutivo como una especie de «perro de garra», para perseguir a los animalitos asustados, cuando sienten que uno de estos chuchos amaestrados, expertos en la cacería, al grito del «uchu» del amo, se lanzan tras la presa. No le viene bien a la Presidente Xiomara Castro, que por ignorancia, desacredite a un organismo que por mandato de la Constitución tiene la delicada misión de representar y proteger los intereses de la sociedad. Un fiscal general con carácter ya hubiera protestado, como lo hizo el célebre fiscal colombiano Francisco Barbosa cuando puso en su lugar al señor Gustavo Petro, al querer convertirlo en un funcionario que debía quedar sumiso y sujeto a la Presidencia.
Quiero darle el beneficio de la comprensión a la Presidente Xiomara Castro, que, por no conocer de asuntos legales, y por lo tanto, desconocedora de aspectos importantes que contiene la Constitución de la República, incurra en la ligereza de atribuirse una facultad inexistente, al dar a entender que tiene a su alcance al Ministerio Público para que persiga a aquellas personas que se atrevan a dedicarle un par de estrofas de crítica. El Ministerio Público no es un tribunal, que es donde se entablan las querellas, las demandas y demas acciones judiciales incriminatorias, además, alguien debe explicarle a nuestra Presidente que los funcionarios no pueden denunciar ni demandar por difamación, calumnias e injurias, porque al ser electos funcionarios, quedan expuestos a la crítica permanente, y al escrutinio de la opinión pública.
El Ministerio Público esta para responder a las peticiones de la sociedad y por lo general, es para actuar contra funcionarios del gobierno, cuando en franco abuso de sus facultades agravian u ofenden a los ciudadanos. Para el caso, aquí cualquier perico de los palotes que asume un cargo público, lo primero que cree es que está por encima de la ley y de los ciudadanos, que, en nuestra condición de contribuyentes, somos los que con el pago de nuestros impuestos les pagamos sus salarios, y a veces en demasía, porque el gobierno está lleno de ineptos que por desconocer lo que significa el factor eficiencia, trabajan en contra de los ciudadanos y por ende en contra de la sociedad.
Quien le haya dicho a la Presidente que puede usar el Ministerio Público como perro de garra, es un majadero, un estúpido ignorante, que recibe un buen salario para hacer que la Presidente meta las de caminar, al creer que el Ministerio Público es un perro de garra, con el cual le puede echar miedo a medio mundo. Es cierto que nunca como hoy el cargo de fiscal general que desempeña el abogado Johel Zelaya, actúa como un cuerpo politizado-sectario, por haber sido nombrado en forma irregular por la seudo directiva del Congreso que ha cometido una tendalada de delitos, que tarde o temprano deberán ser deducidos a los responsables.
Pero, el Ministerio Público no puede ser utilizado como el perro de Juan Molleja, que antes de que le caiga el palo ya se queja, porque de tanto que se le vilipendie, al ser considerado como animal de cacería, podría resultar como el perro con rabia, que a su amo muerde o a su amo traba. O como el perro del herrero, que duerme a las martilladas y despierta a las dentelladas, o como el perro que tiene cuatro patas pero que no puede andar a la vez por cuatro caminos, o como el perro valiente, que acomete sin ladrar, porque puede ser que mal ladre el perro cuando ladra de miedo, o que este más contento que un perro con pulgas. Pero, al final de tanto que usen al fiscal general como perro de garra para asustar, que, de la colera, puede morir como un perro, y entonces el gobierno se quedara sin perro. Y de repente desde el gobierno le podrían exigir: ládrame perro.
Si el fiscal general no se da su lugar y permite que lo usen como perro de garra, acabara siendo como el perro flaco, al que se le pegan todas las pulgas.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 14 de marzo de 2025.