Por la forma cómo está conduciendo los asuntos de Estado el Gobierno del PLR, cabe preguntarse si ¿con este modelo de administración de Xiomara Castro puede garantizarse el estado de bienestar de los hondureños? Por las medidas que toma el gobierno es fácil descifrar que lejos de procurar el bienestar de los ciudadanos, a lo que nos llevan las últimas decisiones oficiales es a un estado de malestar, porque lo que se ve es una obstinación por cerrar fuentes de empleo, con la consecuencia lógica de incrementar el desempleo.
Empecinarse en la no autorización de la «Ley de Empleo por Hora» ha privado a miles de hondureños de obtener un trabajo temporal en la época prenavideña, cuando hay decenas de empresas, medianas y pequeñas que requieren personal por un determinado período para cumplir con sus metas de producción. ¿En qué podría afectar a las personas desempleadas que se apruebe esta disposición temporal? Por supuesto que, en nada, todo lo contrario, que haya un trabajo temporal de dos o tres meses donde las personas desempleadas puedan obtener ingresos para llevar comida a su casa, es una gran ayuda a las personas que están abatidas por el desempleo.
Uno de los enemigos declarados de la «Ley de Empleo por Hora» es el diputado Juan Barahona, que como paladinamente lo ha confesado, nunca ha desempeñado un trabajo en su vida, porque lo suyo es pertenecer a un sindicato donde asegura un salario sin trabajar, solo dedicado a planear determinadas acciones que hagan sentir las exigencias de la organización frente a los patronos. El Gobierno del PLR que preside Xiomara Castro manifiesta tener una obstinación por aumentar el desempleo cuando ordena la cancelación de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, que son centros de generación de puestos de trabajo. Satanizar estos centros de trabajo es una majadería ideológica, porque en Cuba y Venezuela, que están regidas por gobiernos socialistas dictatoriales, existen zonas de empleo, donde operan cantidad de empresas que generan puestos de trabajo, con el mismo estilo de las ZEDE.
No es nada cierto que el estado de bienestar de un pueblo lo determina el gobierno, es la empresa privada la que, al convertirse en la generadora de trabajo, crea las condiciones para que las personas puedan tener un empleo para obtener ingresos para mantener el hogar. Pero cuando al gobierno se le cruza la locura de cerrarle las puertas a la inversión extranjera y martirizar a la inversión local con una andanada de impuestos, quien sufre es el pueblo, y cuando el gobierno es el responsable de contribuir al desempleo, no se puede creer que un mandatario está del lado del pueblo.
En Honduras tenemos que el estado de bienestar de las personas ha caído en un abismo porque el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro, lejos de propiciar nuevas fuentes de empleo, toma medidas que en lo absoluto tienen que ver con la creación de nuevos puestos de trabajo. Aquí en Honduras, el empleo nace por el espíritu de ciertas industrias como la maquila, que, al encontrar una oportunidad en el país, se ha dedicado a producir aprovechando las condiciones favorables que han habido en Honduras hasta ahora. Y que, esperamos que el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro no piense en ponerle trabas en algún momento, porque eso sería el acabose para esa inmensa masa de trabajadores que prestan sus servicios en las empresas de esa importante industria.
La cuestión de fondo al día de hoy es, si el Gobierno de la Presidente Xiomara Castro está interesado en sostener el poco estado de bienestar que aún queda en Honduras o si por el contrario, se está guiando por el guión histórico de Fidel Castro, que recomendaba aumentar la pobreza en estos países para que hayan más pobres, porque según la tesis malvada de Fidel Castro, es necesario que hayan más pobres, porque los pobres son los que necesitan de la ayuda del gobierno y los que votan por los gobiernos populistas.
Honduras no tiene un estado de bienestar como lo tienen los gobiernos de Alemania, Holanda, Austria, Estados Unidos, Inglaterra o Japón. Aquí vivimos por debajo de los niveles de la pobreza, y que venga el gobierno con la línea de cancelar centros de generación de empleo masivo, es una verdadera bestialidad, que no le permite al gobierno proclamar cambios, porque los cambios deben hacerse para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y no para empeorarlas.
El estado de bienestar de los hondureños necesita que el gobierno sea coherente para crear mejores condiciones para todos, en las que la familia pueda encontrar la oportunidad de tener un puesto de trabajo que le permita generar ingresos para sostener el hogar. Pero con esa marcada obstinación por llevarnos al desempleo, que solo puede ser producto de un genio maligno que quiere poner a Honduras en la bancarrota, no hay esperanzas para el pueblo hondureño.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 27 de noviembre de 2024.