NASRALLA Y EL PARTIDO LIBERAL

Salvador Nasralla es, sin duda, el personaje más conocido en Honduras. Habiendo estado por tantos años en el escenario deportivo, donde ha sido el principal portaestandarte y promotor de la Selección Nacional de fútbol, y haber saltado a la palestra política en donde tuvo la osadía y el atrevimiento de organizar dos partidos políticos, el PAC y el PSH, en un corto periodo de 5 años, lo llevaron a ser una especie de «rey de la popularidad» porque, cierto es que nadie en Honduras es tan popular como Salvador Nasralla.

Sin embargo, la popularidad de Salvador Nasralla no ha caminado de la mano con la necesidad de capacitarse para convertirse en un líder político sostenible, lo que lo convierte en víctima de un frenetismo que le hace decir muchas cosas por minuto, Nasralla es capaz de hacer alianzas que le han resultado contraproducentes a título personal, e inconvenientes para garantizar la vida democrática de Honduras. Con todo el derecho que le asiste como ciudadano y como aspirante político, Salvador Nasralla hizo dos alianzas con el líder de Libertad y Refundación, la primera fue un fracaso y la segunda culminó con el triunfo electoral de Xiomara Castro, gracias al desbordante entusiasmo que Nasralla fue capaz de levantar en una gran parte del conglomerado hondureño para lograr el triunfo de Xiomara Castro.

Habiendo sido desconocido por los lideres de LIBRE, que le pagaron su apoyo político con un «puntapié embadurnado de desprecio», hoy Nasralla, de nuevo está subido en el entarimado político, anunciando su renuncia a la designación presidencial, lo que será posible si en el Congreso Nacional la mayoría necesaria de diputados deciden aprobarla, en lo que no debería haber ningún reparo, porque un ciudadano que ocupa una posición secundaria que ni siquiera tiene funciones directas para el ejercicio del poder, perfectamente puede renunciar a la misma en la instancia calificada que en este caso es el Congreso Nacional. Cualquier reticencia del Congreso para no aceptar la renuncia de Salvador Nasralla, será otra acción turbia que ennegrecerá aún más la triste trayectoria de la actual directiva del Congreso Nacional.

Ahora bien, alguien está orientando mal a Salvador Nasralla, cuando le dice que él puede ser el candidato del Partido Liberal, y esto no es nada fácil. Para poder optar a la candidatura presidencial del PL, tiene que cumplir una serie de requisitos internos contemplados en los estatutos de este partido. Tiene que tener una trayectoria mínima como militante del partido, demostrar con comprobantes los años que ha cotizado al partido y estar inscrito en alguno de los movimientos internos por donde se deberá postular. Esto es así porque el PL es un partido que elige a su candidato en elecciones primarias, antes lo hizo a través de las convenciones, pero nunca ha escogido un candidato de dedo, ni ha aceptado que le impongan un candidato.

Sin embargo, como las condiciones para formarse una coalición política están madurando en Honduras, no hay que descartar que Nasralla, dada su inmensa popularidad, puede ser un candidato que lidere esa coalición en la que podrían participar el PN, el PL, el PSH, y quien sabe si alguna de las facciones de LIBRE que decida desprenderse, si le dieran un portazo en la nariz y decidiera integrarse a la coalición política.

En política todo es posible suelen decir los dirigentes de los partidos, y eso es bastante cierto, pero en el ámbito hondureño, donde la participación política está ligada a la oportunidad de compartir el poder, un proyecto de coalición puede quedar desbaratado en el primer momento que los líderes de los sectores, quieran todos asumir la candidatura presidencial, aunque no reúnan las condiciones de liderazgo que le hagan ganar la mayoría de las simpatías del electorado. Y en esto de tener simpatía, Salvador Nasralla es todo un potentado, gracias al poderío verbal que mantiene cuando le ponen enfrente un micrófono y una cámara de tv.

Nasralla no podría ser candidato propiamente del PL, porque no cumple los requisitos que establecen los estatutos de este partido, pero dada su inmensa popularidad puede ser más que el candidato presidencial de un partido, podría ser el candidato de una inminente coalición política, igual que lo podría ser un líder liberal como Marlon Lara o Quintín Soriano, o un líder nacionalista, y hasta un líder de LIBRE como Jorge Cálix, que en el reciente pasado demostró tener suficientes agallas para liderar una coalición de diputados que le llevó a convertirse en el Presidente del Congreso Nacional, legalmente electo.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 5 de abril de 2024.