LOS LIBERALES ABREN SUS PUERTAS

Con la juramentación de Salvador Nasralla y varios diputados que le son afines, el Partido Liberal continúa con su política de puertas abiertas, con lo que sumará un factor importante que permanecía vacante en los últimos años: un liderazgo atractivo, con capacidad de convocar a los ciudadanos que decidieron quedarse escogiendo más a las personas que votando por partidos. Jorge Cálix y Salvador Nasralla tienen esa connotación, tienen brío en sus ojos, tienen imán en sus palabras y tienen la ambición necesaria de conquistar el poder, pero ambos no tenían la plataforma ideal donde pudieran pararse de manera segura. Y el Partido Liberal es esa plataforma importante que todos los ciudadanos que ambicionan llegar al poder han ocupado en su momento. Unos lo aprovecharon en beneficio del país, pero otros, en forma abyecta, lo usaron para fines antidemocráticos y catastróficos.

La juramentación de Nasralla fue situada en un marco diferente al que uso Jorge Cálix. En su muy particular estilo, como personaje del espectáculo, Nasralla prefirió un discurso populachero, alejado del marco político, pero muy bien dirigido a los alcaldes que son la fuente nutricia estructural del proselitismo en cada localidad. Su repetición constante de identificarse con el municipalismo le puede granjear muchas simpatías con los alcaldes, como en efecto ya comenzó al contar con Quintín Soriano, uno de los alcaldes lideres del liberalismo. Calix ha hecho lo propio, ha conquistado estructuras importantes en dos vastos departamentos liberales: Atlántida y El Paraíso.

Indudablemente que estas elecciones primarias del Partido Liberal serán fuertemente disputadas entre Jorge Cálix y Salvador Nasralla, sin negar por supuesto que entre ellos estará Maribel Espinoza, que en las encuestas ocupa un tercer lugar muy distanciada de Nasralla y Cálix, pero con todo el derecho a plantear su lucha en las primarias liberales. Una posible participación de Luis Zelaya la vemos muy complicada e improbable, por el hecho de enfrentar un reparo por una fuerte cantidad de dinero, atribuido a un mal manejo de la tesorería del PL, cargo que depositó en un hermano suyo, mientras se desempeñó como presidente del CCEPL.

El Partido Liberal entra en una nueva etapa histórica, que no es la primera, sino una de las tantas que ha tenido en su larga trayectoria de instituto de derecho público, en la que ha asumido el poder de la nación para luego perderlo, por la tozudez y la mala cabeza de algunos malos líderes. El PL tiene una enorme experiencia en este sentido: cuando cae y muchos creen verlo destrozado, de pronto con la llegada de otros líderes imbuidos de un liberalismo impulsivo, rescatan al partido, le dan oxígeno y nueva vida. Así está pasando con la llegada de Salvador Nasralla y Jorge Cálix, que gracias a una visión correcta de las autoridades del Consejo Central Ejecutivo, han sido incorporados y debidamente juramentados para que, al cumplir los requisitos que exigen los estatutos del PL, puedan participar en las elecciones primarias para disputar la candidatura presidencial.

Los liberales no deben buscarle tres pies al gato, lo que está a la vista es lo que cuenta, el fervor del liberalismo en toda la República ha entrado en una verdadera ebullición desde el momento en que Nasralla y Cálix anunciaron su intención de participar por el PL. Muchos ciudadanos con buenas intenciones, capaces y con gran experiencia en diferentes ramos de la función pública ya se incorporan a las calistenias que se empiezan a ver en distintos círculos profesionales y académicos. El Partido Liberal tiene eso, tiene un poder grande para hacer salir debajo de las piedras a todo aquel ciudadano que aspira a tener un espacio de participación en la vida pública, para colmar sus aspiraciones.

Aunque, por esa nobleza democrática del PL, muchos oportunistas se han colado en sus filas para concretar fines inconfesables que llegan a la vileza de la traición al partido que les dio cabida para llegar al poder, y por ende, traicionar a la Patria, llegando a vender hasta el alma al entregar a Honduras a un orden político internacional que no trabaja por el bienestar de las personas, sino para perpetuarse en el poder, enriquecer a una élite a través de un nepotismo descarado, como está sucediendo en nuestro país.

Tanto Cálix como Nasralla, deben hacer un compromiso patriótico desde ahora: el de respetar y apoyar al ganador en las primarias, luego comprometerse a trabajar juntos en el resto de la campaña para hacer posible el fin de este proyecto político que es rescatar la democracia para garantizarnos a los hondureños poder vivir en paz, libertad, y tranquilidad. Nasralla frisa la edad madura de los setenta y pico de años. Cálix se encuentra en la etapa media de la existencia: aun no pasa de los cuarenta años. Desde mi punto de vista, entre los dos: Jorge Cálix y Salvador Nasralla, está ¡el futuro Presidente de Honduras!

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 23 de julio de 2024.