LENGUAJE CARBURO

Este enero de 2025 es un mes que llega cargado de una serie de acontecimientos, tanto locales como internacionales, que dan mucho de qué hablar. En Venezuela están contempladas dos tomas de posesión presidencial, una más segura que la otra, paradójicamente, la que no debería darse es la que luce más probable, la de Nicolás Maduro, un gobernante sátrapa, que después de haber perdido la elección, terminó por adueñarse del poder, protegido por una clase militar acorazada en la desvergüenza de enriquecerse con el dinero proveniente del narcotráfico, dispuesta a sostener al tirano, ungido por el finado dictador Hugo Chávez. Mientras que, el verdadero presidente, electo por la voluntad popular del pueblo venezolano, Edmundo González Urrutia, pareciera que se quedará navegando en la ilusión de querer asumir el poder, bloqueado por el blindaje de un ejército de bandidos con uniforme, que permanece plegado a la maldad antidemocrática de una verdadera narco-dictadura, como es la de Nicolás Maduro.

Al norte del continente, en Estados Unidos está prevista la investidura de Donald Trump, un presidente suigéneris, que llega al poder por segunda vez, enfrentado a una serie de procesos por 34 delitos, cuatro de ellos de orden criminal, que, sin embargo, no le impedirán ser juramentado para un segundo mandato, algo que solo puede acontecer en la gran democracia estadounidense, que permite a un convicto participar en elecciones presidenciales y después de haberlas ganado, asumir el poder. Aunque los fiscales advierten que los procesos no desaparecen como no están desvanecidos los cargos, solo en EEUU se da el caso que prevalece la majestuosidad del voto popular por encima de la majestuosidad de la ley.

Solo que la toma del poder de Trump por segunda vez, amenaza con hacer surgir un nuevo orden mundial, al grado que, sin haber asumido la presidencia, Donald Trump ha puesto a parir a muchos. Con breves mensajes de diez líneas en su cuenta de «X», Trump amenaza con recuperar la administración del Canal de Panamá, poniendo en alerta a los panameños. También pretende apoderarse de Groenlandia, la gran isla del Ártico, donde ha enviado a su hijo que lleva su nombre en una especie de avanzada, como para advertir que de simples intenciones está dispuesto a hacerlo una realidad.

Y la última, es la broma de Trump de convertir a Canadá en el estado 51 de la unión americana, lo que ha caído como una patada en el estómago de los canadienses. Pero, lo que, si no es una broma, es la de proceder con una deportación masiva de inmigrantes de todo el mundo, entre los cuales más de 260 mil hondureños serían deportados en los primeros meses de 2025. No obstante, esta amenaza del nuevo gobierno de EEUU presidido por Trump, hay miles de compatriotas que siguen liando sus bártulos para lanzarse a la aventura migratoria. Solo que esta vez no podrán siquiera cruzar la frontera mexicana del sur, porque el gobierno de la presidente Claudia Sheinbaum no quiere problemas con su vecino mayor, por lo que todo intento migratorio por llegar a EEUU quedará en eso.

El asunto de fondo es que, Trump ha advertido que las organizaciones criminales, sean narcotraficantes o de otro tipo, serán declaradas «agrupaciones terroristas», una tipificación legal que, de acuerdo a las leyes de EEUU, permite a sus autoridades ejecutar acciones de lucha dentro y fuera de su país, para su captura o exterminio. Esto hace presumir que el gobierno de Trump podrá ordenar incursiones con fuerzas militares en aquellos países donde existan grupos calificados de narcotraficantes, que, al ser identificadas por las instancias judiciales de EEUU, serán colgadas en una lista de persecución y captura. Los hondureños tuvimos una muestra de este tipo de acciones en 1988, cuando las autoridades judiciales estadounidenses le dieron luz verde a la DEA para proceder a la captura del capo hondureño Ramón Matta Ballesteros.

Pero, también a los hondureños, el mes de enero nos encuentra sumidos en un ambiente de especulaciones, dimensionadas por el estilo de proceder de las actuales autoridades que no queriendo quedarse afuera de la gran marejada de acontecimientos, la Presidente Xiomara Castro ha amenazado con desmantelar la base militar de Palmerola, algo que no le ha merecido el mínimo cuidado al gobierno de EEUU, que, como respuesta «ninguneó» la amenaza de la Presidente Castro, lo que basta para interpretar el tamaño del cuidado que les merece a los gringos el Gobierno de Xiomara Castro. 

Mientras, los hondureños nos divertimos con las pequeñas cosas que nos suceden, como la súbita separación del Gral. Ramiro Muñoz Bonilla de la comandancia de la Policía Militar, a quien se creía era un militar de toda la confianza de la élite del poder del PLR. Todos los acontecimientos, tanto los grandes que suceden en EEUU, con un Trump amenazando con invadir otros países para capturar narcotraficantes, como los pequeños casos provocados por un Ministerio Público errático, que se presta para crear la confusión entre los hondureños, dando lugar a una temporada donde los hondureños pensamos que los problemas se pueden arreglar hablando con el lenguaje carburo, mientras los problemas, tanto los grandes como los pequeños, los serios como los no tan serios, se quedan sin resolver, porque la gente del Gobierno de Xiomara Castro se dedica a lo mismo, a hablar carburo… puro carburo.

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy miércoles 8 de enero de 2025.