EDITORIAL – Desde que somos niños nuestros mayores nos han aconsejado no andar con malas gavillas, porque por lo general estas no conducen a nada bueno. «Por andar engavillado te podes meter en problemas» nos decían nuestros padres. Las gavillas son las malas compañías, por lo general son personas de mala conducta, que nacen con una tendencia delictiva, y lo que de niños para ellos es una travesura, siendo adultos cometer un delito se les vuelve una costumbre.
El Gobierno de la Presidente Xiomara Castro debe alejarse cuando antes de la mala gavilla que es Rafael Correa, el prófugo expresidente ecuatoriano, que tiene a Honduras como su paraíso favorito desde que el Gobierno de LIBRE lo escogió como asesor para su proyecto de largo plazo. Correa entra a Honduras con mas frecuencia de lo que imaginamos, en su trabajo de asesoramiento al Gobierno de Xiomara Castro y Mel Zelaya. Pero, al estar siendo sindicado en Ecuador como instigador del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, pasa al plano de sospechoso y por lo tanto ahora es un objetivo de captura para la INTERPOL.
Los hechos no inculpan directamente a Rafael Correa en el asesinato de Villavicencio, pero por haber declarado en un mensaje de Twitter que al asesinado candidato presidencial ecuatoriano se le acabaría la fiesta, se le relaciona como autor de una especie de sentencia de muerte. Los analistas parten que, cuando Correa hizo semejante aseveración, emitió un juicio que en derecho penal equivale a anticiparle la muerte a una persona. La expresión «pronto se te acabará la fiesta… Y NUESTRA VENGANZA PERSONAL SERÁ CONTUNDENTE» es eso: anunciarle a otra persona que esta próxima al fin de sus días. Y no es para menos, entre Rafael Correa y el candidato Fernando Villavicencio había una historia de enemistad, por la critica sistemática que este ultimo le dedico al prófugo Rafael Correa por los abusos y desmanes que cometía siendo presidente de los ecuatorianos.
Siendo periodista, Villavicencio revelo numerosos casos de corrupción del gobierno de Correa, poniendo en evidencia que el ahora prófugo abusaba del poder, situación que hoy lo mantiene huyendo de la justicia, por lo que desde Bélgica y desde Honduras, cranéa las acciones políticas para hacerse del poder a través de una candidata «testaferra» que, en un caso muy similar al de Honduras, podría ocupar la presidencia ecuatoriana, aunque el factótum, el verdadero poder detrás del trono, seria Rafael Correa.
Sin embargo, el magnicidio perpetrado contra su perseguidor Fernando Villavicencio, pone a Correa en un nuevo escenario, en el que se agudiza su condición de prófugo, dado que ahora disfruta de la acogida diplomática de Bélgica gracias a que su esposa nació en ese país europeo, a donde sin duda ya trascendió la noticia de su vinculación indirecta con el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano. Bélgica tiene condiciones bastante sui generis, es un país que se maneja entre el caos político y el orden administrativo que por tiempos ha demostrado que funciona sin necesidad de gobierno. Por eso Bélgica es un paraíso donde los transgresores de la ley encuentran un escondite perfecto.
Pero, quien sabe si a Correa le favorezca ser esposo de una belga, por lo que el único refugio que le quedaría es Honduras, país donde tiene la alta estima de Mel Zelaya y Xiomara Castro, a quienes asesora sin duda a cambio de una jugosa remuneración. Por fuentes fidedignas, los medios informativos hondureños estamos al tanto que Rafael Correa entra y sale de nuestro país por el Aeropuerto Toncontín, donde tiene el privilegio del camuflaje diplomático para no ser detectado en sus ingresos y salidas. En esta nueva situación, complicada para Rafael Correa, al Gobierno de LIBRE, no le conviene estar encubriendo a un sospechoso de ser cómplice de un atentado criminal que cegó la vida de un candidato que de acuerdo a ciertas encuestas, podía ganar las elecciones y convertirse en el presidente de los ecuatorianos. Esto no le convenia para nada a Rafael Correa, y el hecho de haberle advertido en un Twitter que «pronto se te acabara la fiesta y nuestra venganza personal será contundente» es tomado como la crónica de un asesinato anunciado.
Si para el Gobierno de Xiomara Castro y Mel Zelaya será de alto riesgo seguir permitiendo el ingreso de Rafael Correa a nuestro país, los hondureños nos sentiremos avergonzados de que un prófugo de la justicia ecuatoriana y ahora señalado como sospechoso de ser cómplice de un magnicidio, use el territorio hondureño como un santuario para cometer sus fechorías, contando con la protección del Gobierno de Honduras.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 11 de agosto de 2023.