LA UNIVERSIDAD DE LA IGNORANCIA

La UNAH se movió a los niveles de mejoramiento académico gracias al programa de reformas que incluyeron las pruebas de aptitud académica, con las cuales la máxima casa de estudios buscó calificar a los nuevos profesionales con estándares de mayor rigor, que aunque en aquel momento se les consideró requisitos excluyentes, el objetivo de la reforma siempre ha sido que la Universidad forme los profesionales capaces que requiere el sector empresarial y el país en general, para propulsar a Honduras hacia el desarrollo.

En ningún país del mundo se puede tener a ninguna universidad como un pabellón de beneficencia educativa, para sacar profesionales a granel, para que todas las personas tengan un título universitario. Toda universidad es un centro de estudios superiores donde debe prevalecer el rigor académico, por lo que hay que establecer la diferencia entre la universidad posible y la universidad necesaria. Desde el punto de vista demagógico, al abrir la Universidad con la mentalidad de darle oportunidad a toda persona que quiera obtener un título universitario, la educación superior queda pulverizada por la mediocridad.

Esa sería la universidad posible, donde todos los que quieran cursar una carrera con las mayores facilidades no deberán preocuparse por cumplir los requisitos del rigor académico que existe en las buenas universidades. Tendríamos carretadas de profesionales en todas las ramas, pero escasamente preparados para enfrentar los retos que se le presenten, tendríamos más médicos con menos estudio a profundidad del cuerpo humano, más enfermeras que no tengan los fundamentos para asistir a los médicos, ingenieros que al ser flojos en cálculo, geometría y trigonometría construirán obras chapuceras, abogados que al desconocer los procedimientos legales fracasarán en los casos que se les confíen, arquitectos con pocas nociones para dibujar las obras, en fin, con una universidad donde el facilismo sea la norma para ayudarle a las personas a obtener un título universitario, las consecuencias naturales nos llevarían al desastre, a hundir más a nuestro país en los niveles de la mediocridad que es lo que no nos ha permitido salir del subdesarrollo.

Si el concepto que buscan las actuales autoridades universitarias es darle facilidades a las personas para que obtengan un título universitario, en lugar de ser la UNAH la solución para salir del subdesarrollo, será la responsable de profundizar el nivel de mediocridad que no permitirá egresar verdaderos líderes académicos, profesionales debidamente preparados para enfrentar los retos que debemos superar para salir del atraso. Los profesionales que necesitan las empresas, el mismo gobierno y la vida social en general, solo se forman bajo el rigor académico de una universidad seria.

La misión de nuestra UNAH, una vez que se aprobaron las reformas, fue egresar profesionales con calidad académica, que tengan los conocimientos necesarios para saber afrontar y solucionar los problemas en cada campo, sea una empresa para la que presten sus servicios, o para hacer más eficientes las oficinas de servicio público o inyectar la chispa del emprendimiento para que los profesionales se inclinen a fundar sus propias empresas. Pero, si la Universidad Nacional se transforma en un centro de estudios donde la facilidad para obtener una profesión sea el objetivo prioritario, por pura demagogia, nuestra Universidad perderá el norte que trazaron las reformas, que es el de egresar profesionales capaces para impulsar el progreso de Honduras.

El progreso de un país no depende del capital económico, ni del capital natural, ni del capital humano si este no está debidamente preparado para tener la destreza técnica o intelectual que le permita resolver problemas sino agravarlos, porque a esto último conduce la chapucería profesional. Cuando la expectativa por parte del país, respecto a la calidad de nuestras principales universidades, se mide por la capacidad de los profesionales, lo que debemos esperar de las nuevas hornadas de profesionales universitarios que resulten graduados bajo las normas del facilismo que implantaran las actuales autoridades universitarias, es la incapacidad para contribuir a que Honduras salga de la pobreza y el subdesarrollo.

En conclusión, eliminando las pruebas de aptitud académica para que todas las personas que quieran obtener un título universitario lo consigan sin tener que soportar el peso del rigor académico, tendremos muchos profesionales que apenas saldrán preparados para la subsistencia, pero no para el éxito, por lo tanto, incapaces de afrontar con solvencia los retos que tienen que ver con el logro de una vida plena, es decir con su felicidad y con la mejora de nuestro país. ¡Tendremos una Universidad Nacional de la ignorancia!

Así son las cosas y así se las hemos contado hoy jueves 11 de julio de 2024.