Por la gracia de Dios, en Honduras no estamos en guerra, pero, la mortandad que se reporta todos los días es una estadística trágica comparable a la de cualquier país que está sumido en una confrontación bélica. El estado de violencia causado por diferentes motivos está diezmando nuestra población, desde personas mayores, adultos con capacidad productiva y jóvenes que pierden la vida en diferentes circunstancias, mujeres que resultan víctimas de la violencia doméstica y una buena cantidad de niños. Sumando todo este saldo trágico, nuestro país no se diferencia de otros países que están sumidos en conflictos bélicos.
De este saldo, hay uno en especial que resulta de la incontinencia temeraria de manejar vehículos fuera de los parámetros de la prudencia, desde carros particulares, camiones y furgones, hasta motocicletas. El espíritu desafiante a los límites de la velocidad se ha apoderado de los conductores de vehículos, por lo que cada día nos encontramos en las carreteras y en las calles de las ciudades con colisiones y choques de vehículos que se producen de manera inexplicable. Cuando se ven encontronazos de vehículos que han chocado fuera del ángulo de la razón, lo normal es pensar que los conductores andaban fuera de sus cabales, o embriagados o distraídos por el uso del teléfono móvil.
Pero, la causa de la mayor cantidad de fatalidades en calles y carreteras es la velocidad vertiginosa en que se desplazan los conductores. Los registros que hacen las cámaras recogen escenas donde se ve que la imprudencia es la madre de la fatalidad. Y de paso, los motociclistas se han convertido en un factor multiplicador de accidentes, porque un gran número de personas, casi todas jóvenes, prefieren las motocicletas como medio de locomoción en lugar de los buses y los taxis, y lo hacen de una forma abusiva sin guardar el mínimo de cuidado.
En las bocacalles hay registros diarios de accidentes con resultados fatales, todos causados por la imprudencia de alguien. Y aunque las fatalidades provocadas por la temeridad de los conductores es un problema mundial, la diferencia es que, en EEUU, los países europeos y sudamericanos, las autoridades no se cansan de realizar campañas de concienciación dirigidas a conductores, a motociclistas y peatones. La campaña de advertencia, de que, en «las carreteras no hay segunda oportunidad» se mantiene en Europa desde los años 80, cuando el número de víctimas por accidentes de tránsito hizo encender las alarmas. En esos años, la muerte en la carretera por exceso de velocidad, del famoso cantante Nino Bravo, la voz más encantadora, muy de moda en esa época, hizo estallar en llanto a millones de españoles que demandaron poner límite a la velocidad de los vehículos.
En un país como el nuestro, donde casi todo camina al garete, por el perfecto estado de desorden en que nos mantienen los gobiernos, nadie se había preocupado por hacer conciencia en los conductores para manejar con prudencia, la única manera de contrarrestar la forma temeraria de conducir un vehículo. Por eso nos ha causado una buena impresión una campaña de seguridad vial que estamos viendo en los canales de televisión, donde personalidades del arte y el deporte nos recuerdan lo necesario que es mantenernos en los márgenes de la prudencia y el cuidado cuando conducimos un vehículo.
La campaña es producto de la alta sensibilidad humana de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) cuyo representante en Honduras es el compatriota Sebastián Pastor, bajo cuya iniciativa y contando con el apoyo de varias empresas hondureñas y medios de comunicación, hace posible que los hondureños reparen en los mensajes del entrenador Reinaldo Rueda, de la presentadora internacional Ana Jurka y el cantautor nacional Polache. Tanto Rueda, Ana Jurka como Polache, nos están recordando que llegar sanos y salvos de regreso a nuestra casa, depende de la prudencia con que manejemos nuestro vehículo. Hacía falta una campaña de este tipo, que ayudara mucho a reducir las estadísticas de muertes por accidentes de tránsito.
La iniciativa es de la FIA y su representante en Honduras, Sebastián Pastor, los medios de comunicación colaboran al sumar tiempo para que los anuncios salgan con alta frecuencia. La campaña no tiene sello que reivindique méritos, y está desposeída de cualquier tipo de tintes. Por lo que deja espacio para que las autoridades de Seguridad del gobierno se sumen a la campaña. No es congruente que, algo en lo que las autoridades deberían estar en un primer plano, siendo que es su deber reducir las cifras trágicas por accidentes de tránsito, sea asumida por un organismo internacional y cooperantes privados locales.
Como el objetivo de la campaña de seguridad vial no tiene un plazo para ponerle fin a los accidentes de tránsito, y apenas comienza, queda por delante un largo trecho para concienciar a los conductores. Por lo que es justo que las autoridades de la Secretaría de Seguridad, con su Dirección de Tránsito, se sumen cuanto antes a esta campaña de la FIA, que surge en Honduras por la iniciativa del compatriota Sebastián Pastor. Así que, manos a la obra señores de la Secretaría de Seguridad. Si la FIA ha asumido un reto en favor de la prudencia y en contra de la temeridad en las carreteras, la Secretaría de Seguridad está obligada a sumarse a esta campaña.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy viernes 26 de abril de 2024.