La declaración de la embajadora de EEUU, Laura Dogu, a manera de petición al Gobierno de Xiomara Castro, para no suspender el tratado de extradición, es un mensaje que debe leerse entre líneas, es el lenguaje diplomático que va dirigido a Pedro, para que lo entienda Juan. El que EEUU advierta que para tener otro tratado de extradición requerirá mucho tiempo, podría provocar algarabía en la dirigencia del PLR, puesto que este partido detesta que se le hable de extradición, sabiendo que cualquier solicitud que hagan las cortes de EEUU traerá el sello, el nombre y el apellido familiar. Pero la realidad es otra, EEUU envía un mensaje que leído entre líneas de la diplomacia puede tener varias interpretaciones que toca descifrarlas a la Cancillería, donde suponemos que queda alguna persona que sabe leer este lenguaje.
La cancelación del tratado de extradición es el mecanismo más fácil que encontró el gobierno del PLR para evitar que fuera extraditado un miembro o miembros de la familia gobernante, que por el momento están en buen recaudo en la comarca departamental. Pero esto no quiere decir que se libran del brazo de la justicia del Tío Sam, que tiene una elasticidad impresionante para alcanzar a los sujetos que han cometido el delito más perseguido por las leyes y la justicia de EEUU, donde se escondan.
El afán del gobierno de lanzar varias cortinas de humo lleva el propósito de causar efectos distractivos en los hondureños, para que el pueblo se distraiga con los fuegos pirotécnicos que son entretenidos. Miren que ristra de distractivos: la CICIH es un imposible que ningún organismo está dispuesto a avalar por el marco violatorio de la ley que ha imperado en Honduras desde que se instaló una directiva de usurpadores en el Congreso Nacional, la emisión de un «Decreto de Impunidad» disfrazado de amnistía, la creación de una Comisión Permanente espuria por no haber sido electa por el pleno del Congreso, nombramientos irregulares de funcionarios en organismos contralores, elección de magistrados que han estado vinculados a los capos hondureños, hasta la exhibición descarada de mantener relaciones con un gobierno ligado al narcotráfico que se robó las últimas elecciones en Venezuela, etc., etc…
Que se diga que el gobierno desistió de construir una cárcel en las Islas del Cisne es otro distractivo más, que por supuesto no tuvo credibilidad en los sectores que tienen el suficiente discernimiento para detectar las mentiras del gobierno, porque ninguna empresa dirigida por gente que este en su sano juicio, se embarcaría en celebrar un contrato con el gobierno que no tiene crédito moral, luego de las repercusiones internacionales que provoco la publicación del narcovideo bajo la responsabilidad de Insight Crime.
El bullicio publicitario del ferrocarril interoceánico, al que se le dispuso un presupuesto considerable para el motivador del proyecto, Héctor Zelaya, es otro de los globos echados a volar para mantener entretenidos a los hondureños que se encantan con estos proyectos inventados que no tienen la mínima posibilidad de hacerse realidad. Sin duda que el Gobierno de Xiomara Castro es un régimen especializado en distraer a los ciudadanos, porque su empeño es eminentemente político en busca de mantenerse en el poder y no en preocuparse por solucionar los graves problemas que aquejan a los hondureños.
El Gobierno de Xiomara Castro se ha pasado todos este tiempo, casi tres años, en una feria de juegos pirotécnicos, lanzando luces de todos los colores para mantener distraídos a los hondureños, con promesas y proyectos que son irrealizables, agregando el factor conflicto, que es el arma predilecta del coordinador general del gobierno, Manuel Zelaya, creyendo que mientras el público se concentra esperando como se resuelvan los líos causados de manera intencional, se desconecta de los problemas reales, que poco o nada le interesa resolver al gobierno.
Pero lo que, si le preocupa al Gobierno de Xiomara Castro, es la posibilidad de que miembros de su familia sean pedidos en extradición por la justicia de EEUU. Por eso la prisa de pedir la cancelación del tratado de extradición, aunque EEUU puede usar otros mecanismos para deducir responsabilidades a las personas que han cometido el delito más perseguido por la justicia estadounidense. Porque el tratado de extradición no se puede interrumpir porque lo pida la Presidente Xiomara Castro. Porque solo el Congreso Nacional tiene la potestad legal para cancelarlo. Entonces, todos deben saber a qué atenerse. El tratado de extradición seguirá vigente mientras no sea derogado en el Congreso Nacional. Y para eso, no hay juego pirotécnico que valga. Así que, esto lo debe saber la Presidente Xiomara Castro: el tratado de extradición se mantendrá en vigencia hasta tanto no sea derogado por el Congreso Nacional.
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 1 de octubre de 2024.