La súbita renuncia del Dr. Carlos Aguilar de la dirección del Seguro Social, pone en evidencia dos situaciones: primero, que la institución sigue atrapada en la trampa de la politiquería y cuando llega un profesional competente con la intención de enderezar el rumbo para que el Seguro Social cumpla las funciones de ofrecer servicios de salud eficiente a los derechohabientes, la maraña política se lo impide, y segundo, la institución tiene suficientes recursos, pero de nuevo es la politiquería la que se interpone para que no se utilicen en la debida forma que es invertir en la compra de los medicamentos indispensables que se requieren para dar la atención completa a los pacientes.
En los últimos años, el Seguro Social incumple con las citas, muchas de las cuales se programan con un retardo inaceptable, porque hay de enfermedades menores a graves, y algunas que no pueden dilatar en ser atendidas, porque el tiempo es el peor enemigo tratándose de recuperar la salud. Todo radica en la mala administración del Seguro Social en donde se coloca a personas que pertenecen a movimientos de los partidos que ganan el gobierno. El saqueo del Seguro Social en el periodo del gobierno de Porfirio Lobo, que anduvo en el orden de los 6 mil millones de lempiras, no se pudo recuperar; el cerebro de ese robo descomunal se dio a la fuga y aún no ha sido capturado, aunque los ejecutivos del Seguro Social, todos pertenecientes a un movimiento político del PN, algunos están condenados por varios delitos relacionados con la sustracción de recursos.
Desde esa época el Seguro Social fue intervenido por una comisión que no hizo gran cosa para ponerlo en orden, incluso hubo muchas quejas con su actuación porque lejos de dar soluciones, los comisionados se apoltronaron con sus buenos salarios, dejando a los derechohabientes sin protección de la entidad, a la cual hace años los cotizantes le perdieron la fe. Carlos Aguilar ha renunciado con el argumento de que no tuvo el apoyo político del gobierno, pero lo que trasciende es que la ministra del Trabajo, que preside la junta directiva del Seguro Social, es la que se atribuye funciones de mandamás, por encima del director, que en esta situación paso a un plano de inferioridad tal, que no podía tomar ninguna decisión que está dentro de sus facultades.
Este es un problema a causa del nepotismo que predomina en todos los niveles del Gobierno de LIBRE. La ministra de Trabajo tiene un parentesco con la familia Zelaya, lo que aprovecha para actuar como si fuera ella la Presidente Castro, algo que está sucediendo en muchas otras dependencias donde el factor familiaridad con dona Xiomara o con Mel Zelaya, hace que los funcionarios se consideren pequeños presidentes en sus respectivas dependencias, creando situaciones tirantes con el resto de la jerarquía, al desconocer las funciones y atribuciones de los demas.
El Gobierno de LIBRE en este sentido vive en un permanente desorden que llega al caos, por la injerencia que hay entre unos y otros funcionarios, agregando los reclamos de los colectivos de LIBRE, que en unas oficinas apoyan a un funcionario y sabotean a otros, de manera que la administración marcha en un caos que no permite la prestación efectiva de los servicios.
En el Instituto Hondureño de Seguridad Social, el caso es patético para los derechohabientes, porque con una administración entorpecida por el torpedeo de la titular del Ministerio de Trabajo, el director de la institución queda en un dilema al ser relegado y no poder sacar adelante al Seguro Social, porque siempre hay una negativa que se interpone a las decisiones del director. Esto es lo que hizo estallar al Dr. Carlos Aguilar, un profesional competente en el campo de la medicina, y que, además, goza de la confianza de la familia presidencial porque es el médico de cabecera de Xiomara Castro y Mel Zelaya, por lo que es absurdo que se diga que renunció por la falta de apoyo político del más alto nivel.
Esto nos lleva a creer que al renunciar el Dr. Carlos Aguilar, la familia presidencial se ha quedado sin médico de cabecera, porque resultaría absurdo que el Dr. Aguilar se desligue del Seguro Social por la falta de apoyo del más alto nivel político, pero siga atendiendo los achaques de dona Xiomara y Mel. Y evidencia lo mal que andan las cosas en el gobierno de la familia Zelaya-Castro, porque si un funcionario que es del afecto tanto de Xiomara Castro como de Mel Zelaya, decide poner los pies en polvorosa, anunciando públicamente que deja el Seguro Social por falta de apoyo político al más alto nivel, el resto de los traqueteos que hay en varias oficinas de gobierno por disputas de poder interno entre los militantes de LIBRE, tiene patas arriba a la administración pública, lo que indudablemente merma el nivel de ejecución administrativa.
Y como consecuencia de todo este relajo imperante en el gobierno, el país es el gran pagano de la fiesta. Y en el caso del Seguro Social, hoy más que nunca está condenado a no salir de la encrucijada que lo mantiene en niveles de inoperancia. La mejor descripción de todo esto es: ¡estamos atrapados en un desgobierno!
Así son las cosas y así se las hemos contado hoy martes 28 de mayo de 2024.